Películas B

Las producciones más geniales del séptimo arte

22.10.12

Evilenko (2004)

Publicado por Marcel |

Para el día de hoy tenemos toda una mezcla cinematográfica, puesto que Evilenko es una producción italiana dirigida por David Grieco, basada en la historia del maestro y asesino en serie ruso Andrei Chikatilo, y que cuenta en sus roles principales con dos británicos (Malcolm McDowell y Ronald Pickup) y un neozelandés (Marton Csokas).


Algunas críticas negativas que he leído en torno a esta película apuntan al hecho habitual en estos casos en que la película no es del todo fiel al caso real. Yo no estoy familiarizado en lo absoluto con los crímenes de Andrei Chikatilo y lo único que sé se limita al artículo de la Wikipedia; pero sí debo darles por lo menos el beneficio de la duda basándome en el nombre elegido para su versión cinematográfica: Andrej Romanovic Evilenko. Tratándose de una película en inglés, eso de Evil-enko suena como a villano de Austin Powers. No obstante, yo preferí considerarla como una obra de ficción que meramente se había inspirado en un caso de la vida real y pude disfrutar de esta perturbadora película.

Lo más destacado de Evilenko es el actor elegido para interpretar a este asesino. ¿Qué mejor rostro que el de Malcolm McDowell para encarnar a un asesino pederasta y caníbal? A mí no me viene a la mente nadie más idóneo entre los actores occidentales de la actualidad. Definitivamente de no saber de quién se trata, sería una persona con la que no me gustaría compartir un ascensor o cualquier otro espacio cerrado.

Con esos ojitos cualquiera le acepta un caramelo y se sube a su camioneta.

Situándonos en el contexto de la historia, la película ubica a Evilenko en 1984 y es un maestro de escuela al igual que Andrei Chikatilo (si bien este cometió su primer asesinato en 1978). La Unión Soviética daba sus últimos estertores y eso le sentaba muy mal a un comunista de corazón como el bueno de Andrej, que presenciaba indefenso cómo el país por el que había luchado toda su vida amenazaba con desmembrarse y desaparecer. Pero Evilenko no solo pasaba sus días pensando en el glorioso pasado de su nación, también había tiempo para actividades extracurriculares con sus alumnos.

Ustedes me disculparán, pero esa no es la mirada de una niña inocente.

A la esposa evidentemente no podía contarle el verdadero motivo por el cual había dejado su puesto como maestro, así que en sus delirios inventó que había otra maestra enseñando ideas contrarias al comunismo y que el director del plantel se había puesto de parte de esa docente, por lo que él, indignado, no pudo hacer otra cosa que renunciar. Su comprensiva y amorosa esposa no duda por un instante en ponerse de su parte y de paso lo incita a escribir cartas incendiarias al Partido Comunista.

Tremendo estilo ¿eh?

En un giro fantasioso de la historia cinematográfica que nada tiene que ver con el personaje de la vida real, dichas misivas le sirven a Evilenko para recibir la visita de una importante figura del Partido, quien lo recluta para pasar a formar parte de la KGB e investigar a supuestos traidores. Este nuevo empleo le permite trasladarse a lo largo y ancho de la geografía rusa, dejando una extensa lista de víctimas y confundiendo a la Policía, llegando a considerarse incluso que pudiera haber más de un asesino en acción.


No queda claro en la película cómo ni por qué Evilenko en un momento se encuentra detenido junto a otros hombres para dar una muestra de semen; sin embargo, logra escaquearse de dar la muestra aduciendo que es impotente. Pero como había perdido el control durante una entrevista de rutina realizada por el oficial de turno, es detenido para realizar futuras averiguaciones. ¿Qué creen? Sus amigos de la KGB lo ponen en libertad inmediatamente, ante la frustración de Lesiev, el hombre a cargo del caso.


La situación anterior sirve para introducir en la trama al psicoanalista Aron Richter, quien se hallaba entre la lista de sospechosos pero es descartado al no coincidir su tipo sanguíneo. Lesiev busca su ayuda para comprender la mente del hombre que persigue y a pesar de su reticencia inicial, más puede su fascinación y finalmente accede a colaborar con las autoridades.

A partir de allí empieza a cerrarse el cerco sobre Andrej Romanovic Evilenko y finalmente es capturado, a lo que sigue un surreal interrogatorio y la posterior confesión en donde habla de sus 56 víctimas, número que coincide con el dado por Andrei Chikatilo, si bien la Wikipedia menciona que las víctimas comprobadas fueron 53.


Descontando la escena en que mata a un niño en un tren y la mujer que aparece amarrada a un árbol, David Grieco optó por no extenderse con el aspecto gráfico de los crímenes, por lo que aquellos que estén buscando gore a lo mejor se sientan decepcionados con Evilenko. Por su parte, los interesados en una versión más apegada a la realidad sobre la historia de este asesino, deben ver Citizen X.


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