La historia empieza con una situación de rehenes a donde son enviados los detectives Gill y Steves, una pareja que luce como cualquier cosa menos oficiales de policía. En el lugar se topan con el doctor Death, un fulano practicante del vudú que arrastra una rencilla con el detective Gill luego de que este asesinara a su hermano un tiempo atrás. Se produce un intercambio de disparos entre Gill y Death y ambos mueren; no obstante, en los instantes previos al trágico desenlace, este siniestro sacerdote había arrojado sobre Gill una pócima que le permitiría poner sobre él una terrible maldición.
El Dr. Death sosteniendo al rehén.
Al día siguiente, mientras le eran rendidos honores al ejemplar detective fallecido cumpliendo con su trabajo, hubo tiempo para el dolor, la reflexión y los recuerdos, a la par que todos se mantenían ajenos a lo que estaba por venir.
Los detectives Gill y Stevens en tiempos más felices.
Para lo que no hubo tiempo fue para que el cadáver del detective Gill se enfriara, puesto que la maldición del doctor Death lo trajo de vuelta a la vida convertido en zombie. Al igual que también regresó el mismo doctor Death, aunque con mucho mejor aspecto pero idéntica resistencia a las balas.