Todo empieza con un grupo comando conocido como Los Halcones y que está integrado por Héctor Echavarría (una suerte de Jean Claude Van Damme argentino por lo que he podido leer), su esposa Aixa y su amigo Frederick (Atilio Veronelli). Ellos han sido enviados para emboscar el edificio desde donde operan unos narcotraficantes japoneses, pero adentro la pandilla tiene asuntos más importantes por atender.
El anciano Takiro ha reunido a dos de sus discípulos, Musashi y Kunta, para presentarles Las Idénticas, dos espadas forjadas hace miles de años y anheladas por todos los luchadores del mundo. En un compartimiento oculto ubicado en la empuñadura de una de las espadas, Takiro ocultará un microchip que incluye la información necesaria para que los ancianos que controlan la red de narcotráfico en el Lejano Oriente puedan apoderarse del negocio de la droga en Estados Unidos y Kunta es el elegido para hacérselo llegar al embajador.
Los Halcones logran penetrar la fortaleza al mismo tiempo que Kunta se revela como un traidor y ataca a Takiro y Musashi para intentar huir él con las espadas. Durante su escape se topa con Aixa, quien en el enfrentamiento logra hacerle un corte en la cara, pero finalmente es asesinada por Kunta ante la atónita mirada de Frederick.
Tras eso transcurre ya un año cuando pasamos a la siguiente escena y muchas cosas han cambiado. Frederick se encuentra internado en un manicomio tras no haber podido recuperarse de lo que fue testigo aquella noche y Héctor decidió abandonar las fuerzas de seguridad para ayudar a la hermana de Aixa con un orfanato. El presente también nos muestra a Tony Scarpino, un empresario agobiado por las deudas y que por mero azar descubre las espadas, que por lo visto fueron abandonadas por Kunta y sobrevivieron indemnes el incendio.
Scarpino las lleva ante su prestamista de confianza, Max Steinberg, para que certifique su autenticidad y al recibir una respuesta positiva decide organizar un torneo de kickboxing que reúna a los mejores peleadores del mundo y que tenga por premio esas codiciadas espadas. El torneo da cabida a personajes de todo tipo como El Lobo Ruso (aunque tenga pintada la bandera de España en sus mejillas), El Punk (el más pesado del heavy metal), El Inglés (el líder de los hooligans) o El Médico Brujo (quien no es más que Kunta con maquillaje). Las escenas de los entrenamientos y preparativos van acompañadas nuevamente por un tema de Metallica, Enter Sandman en este caso.
Por si les cuesta reconocerlo, este es El punk.