La historia es bastante peculiar, tanto que ahora mientras intento organizar las ideas en mi mente y escribir esta reseña temo que pueda pasar algo por alto. Comienza con el traslado aéreo de los hermanos Bert y Bart Brazzo, dos criminales que están siendo transferidos a otra prisión. Poco tiempo antes de llegar a su destino, el avión colisiona con un platillo volador y al lugar de los hechos son enviados los agentes del FBI Rex Armstrong y Ace Evans para investigar lo acontecido.
Paralelamente somos llevados al interior de la fábrica de Uni-Cola, la embotelladora que produce la famosa bebida Health Cola, cuya fórmula se guarda con absoluto secreto. Allí encontramos a dos extraterrestres que han llegado a nuestro planeta para hacerse con el control de la empresa y además han rescatado a los hermanos Brazzo y al piloto del avión que los transportaba. Cuando el piloto les explica a los extraterrestres la clase de persona que son los Brazzo, éstos deciden perdonar sus vidas a cambio de que les consigan la anhelada fórmula.
Acto seguido se presenta una situación de rehenes comandada por Bart y Bert, quienes habiendo encontrado ya el microfilm con la fórmula, exigen de paso 1 millón de dólares y la posibilidad de abandonar impunemente la mencionada fábrica.
Aunque tal y como sucede habitualmente en la vida real, los malos no consiguen salir airosos y nuevamente son puestos tras las rejas. Pero Bart Brazzo se guardó un as bajo la manga, momentos antes de la irrupción policial escondió la fórmula verdadera y gracias a ello es rescatado de la cárcel por uno de los extraterrestres.
La silueta de una mujer fue el elemento escogido por los Brazzo para reemplazar el original con la fórmula.