16 de junio de 2013

Rescue Force (1989)

Retomamos el cine a color pero no así la modernidad con el VHS de una película dirigida, escrita y producida por Charles Nizet, de quien ya hablamos en este blog hace unos meses con Help Me... I'm Possessed.


Nos encontramos ante una película de muy bajo presupuesto en donde predominan los personajes comunicándose por teléfono o radio, casi siempre con la cámara alejada o con la mano tapando la bocina, presumo yo que el motivo de esto era para que no se leyeran los labios y poder doblar el audio posteriormente durante la edición con más facilidad. Sin exagerar creo que podría llenar la reseña con más de una decena de imágenes de distintas escenas en las que los personajes se encuentran interactuando de esta manera.


¿Pero a qué se debe este afán comunicacional? ¿Estamos acaso ante un simbolismo elegido por Charles Nizet para ilustrar el anhelo del hombre moderno por romper con el aislamiento que le impone un entorno urbano? Pues no, Rescue Force es una película sobre un comando de la CIA enfrentando a unos terroristas árabes y buena parte del metraje se va en mostrarle al espectador la logística operacional de uno y otro bando.


Este comando de la CIA es bastante peculiar puesto que es mixto y está conformado por agentes con nombre de playmate como Angel, Kiki o Kelly. Precisamente con ellas tres es la escena final de la película bebiendo champagne en un jacuzzi. Irrelevante para la trama, sí, pero no me atrevería a calificarla de prescindible.


Además de disfrutar de estas bellezas ochentosas, el otro atractivo de Rescue Force es la presencia de Richard Harrison (La belva col mitra, Acquasanta Joe, entre otras) en uno de sus últimos trabajos cinematográficos. Entra en escena a los 40 minutos cuando en el cuartel general de la CIA en Tel-Aviv están organizando la operación de rescate del embajador estadounidense en Israel y su hija, quienes fueron secuestrados por extremistas islámicos en represalia por la política de los Estados Unidos hacia la Organización para la Liberación de Palestina.


Lo que sigue es aproximadamente media hora de explosiones sin mayores diálogos, un intento de violación y poco más; pero a pesar de ello me resultó divertida desde un punto de vista retorcido como buen amante del cine B.


Como pequeña anécdota, la acción transcurre en teoría en el Medio Oriente a través de países como Israel, Líbano, Siria e Irán; pero en realidad la mayor parte fue filmada en el estado de Nevada, tal y como aparece señalado en los agradecimientos durante los créditos finales.

Para mi sorpresa encontré en YouTube un trailer realizado por un fan de la película y con él cerramos esta reseña:

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