Pesadilla asesina (1992)

Abrimos el último mes del año continuando con el cine latinoamericano, en esta oportunidad con esta desconocida producción mexicana que hace tres años fue reseñada por nuestros amigos de Vaka Cósmica. No es mucha la información disponible sobre Pesadilla asesina en la red pero cuenta con las actuaciones de dos caras conocidas del cine mexicano como lo son Edna Bolkan y Manuel Capetillo hijo.

Lo que se aprecia en la caja del VHS nada tiene que ver con lo ocurre en la película.

La acción da inicio con Claudia Villaseñor (Edna Bolkan) dirigiéndose a un encuentro con su esposo y la abogada a cargo de tramitar su divorcio. Sin querer perder el tiempo con conversaciones superfluas firma los papeles y se marcha. La siguiente escena nos la muestra en medio de una pesadilla en la que intenta huir de una mujer que quiere asesinarla. Como ya ven, se trata de un título muy original.

A pesar del reciente giro que ha dado su vida tras descubrir las infidelidades de su marido y divorciarse de él, Claudia se siente afortunada por contar con los cuidados de Rebeca (Lizetta Romo), su mejor amiga, quien tampoco tiene ningún reparo en quedarse a cargo de los dos hijos de Claudia cuando esta se encuentra indispuesta como consecuencia de sus cada vez más recurrentes pesadillas.

Sé buena y bebe este té de hongos alucinógenos.

Las pesadillas no tardan en pasar al mundo real para convertirse en alucinaciones en las que ve en su propia casa a esta tenebrosa mujer que la atormenta. Esta nueva situación la lleva una noche a asesinar a Anselmo (Raúl Leobardo Cornejo), su mayordomo, al confundirlo con la mujer. Claudia es detenida por la policía pero puesta en libertad a la mañana siguiente por motivos que solo se ven en esta clase de cine. La explicación oficial es que las pruebas demostraron que Anselmo ya estaba muerto cuando ella lo apuñaló y que con ella libre esperan poder dar con el verdadero asesino.

A nadie parece importarle que esta mujer vea cosas donde no las hay y que dos niños pequeños permanezcan a su cargo. Ni qué decir del hecho de que al regresarla a su casa consigan en la ducha otro cuerpo, en este caso el cadáver de Rodrigo (Bruno Verdi), su chofer. Pero nada de eso importa, el agente Machado (Manuel Capetillo) cree firmemente en la inocencia de esta mujer y solicita de nuevo su libertad.

La intuición del psiquiatra y detective Machado da sus frutos y junto a la investigación que realiza paralelamente descubre quién es la persona que planea esta venganza contra Claudia, ya sea para matarla o solo volverla loca y apartarla para siempre de sus hijos. ¿Pero llegará a tiempo para salvarla del destino que le ha preparado esta mente criminal?

Para Claudia no es prioridad usar ropa limpia.

Si bien no es una historia innovadora con eso de la persona empujada a la demencia víctima de la traición por alguien de su entorno, el resultado pudo ser mucho mejor. Manuel Capetillo, Edna Bolkan y Arturo González Pulido lo hacen lo mejor posible en sus interpretaciones pero a los demás no sé de dónde los sacaron; a los niños puedo excusarlos porque en producciones de bajo presupuesto es difícil encontrar niños que actúen bien, pero los otros no transmitían emoción alguna con sus líneas y carecían de expresión en sus rostros. Aunque allí buena parte de la responsabilidad recae sobre el director Jorge Alberto Cano Jr. al conformarse con ese resultado e imagino que también es suya la culpa de insertar una pista musical de terror hasta en escenas donde no sucede nada. El trabajo del guionista Francisco López me merece una opinión similar, poniendo a los actores a decir tonterías y tomar malas decisiones. En descargo de ambos puede apelarse a la inexperiencia que tenían y de hecho este fue apenas el segundo y último aporte al mundo del cine para López y por su parte Cano dirigiría solo una película más para completar un total de cinco.

Solo se la recomiendo a personas como yo que encuentren placer en ver películas de este estilo así sea para reírse un rato.