Lukas' Child (1993)

La película de la que hoy hablaremos es una producción de terror de bajo presupuesto no muy conocida, para prueba el hecho de que al momento de redactar esta reseña apenas tiene 73 votos en IMDb. Conocida inicialmente por el nombre de Lukas' Child, el DVD que vi la presenta bajo el título de Night of the Beast.

La historia comienza con lo que pareciera ser una ceremonia de algún culto en donde sacrifican a una mujer que por lo visto desobedeció las reglas de la comunidad. El sacrificio no es la tradicional ejecución con derramamiento de sangre sino que presentan a la víctima ante una celda en donde es recibida por una extraña criatura de la que solo podemos ver su sombra.

Esta secta es liderada por Lukas Armand (Robert May), un anciano en silla de ruedas que se hace pasar por director de cine y prepara audiciones para mujeres jóvenes con la idea de contratarlas para sus proyectos. La realidad en cambio es otra y lo que busca es seleccionar a aquellas que no tengan familia o que simplemente hayan huido de su hogar y por ende nadie vaya a notar su ausencia. Ausencia que se materializará una vez que sean raptadas por su hijo Jason (Mark Richardson) y su compinche Mad-Dog (David Skinner) para que sirvan de alimento al... "niño".

Casi paso por alto este pequeño detalle: las víctimas son transportadas en ataúdes.

Pero estos esbirros cometen un desliz al llevar a su guarida a dos jovencitas que conocieron en una discoteca. Lukas las recibe de todas formas como ofrenda para el niño, pero no sabe de la existencia de Joycelyn (Jacqueline Gorman), quien fue testigo del momento en que las chicas abandonaron el local con estos dos caballeros y ayudó a la policía a preparar un retrato hablado.

A pesar de la ayuda de la testigo, el detective Steve Anderson (Gene Lebrock) del departamento de policía de Hollywood no consigue avanzar mucho en la investigación. Si bien logran capturar a uno de los matones de Lukas, este se niega a colaborar con las autoridades y a la mañana siguiente aparece ahorcado en su celda.

Como salido directamente de Intrépidos punks.

Esta encrucijada la resuelve el director, productor y guionista Eric Louzil, incluyendo a sus hijos dentro del reparto actoral, a quienes decidió darles el papel de mirones. De ese modo, Brian y Eric Robert Louzil durante sus aventuras y juegos descubren la guarida de Lukas y deciden que a la noche siguiente regresarán con linternas y armas para recabar más información sobre lo que acontece en ese lugar. Finalizada la expedición se presentan en la estación de policía y le comunican al detective sus descubrimientos, quien inmediatamente se pone en marcha y prepara una redada en el lugar justo cuando la criatura está a punto de cenar.

Lo mejor de Night of the Beast es sin duda la dramática actuación de Lukas como líder de la secta y cuidador de la criatura. Postrado en su silla y con un estilo afectado tanto al  dirigirse a sus seguidores como cuando debía persuadir a las víctimas, completa los momentos más intensos con un trance que le pone los ojos en blanco y le hace llorar sangre.

Otro punto fuerte de esta película es la presencia de las mujeres, a pesar de ser una producción de bajo presupuesto hay chicas muy bonitas y todas las prisioneras viste únicamente lencería sexy. No hay desnudos frontales pero sí abundantes tomas de otros atributos femeninos; en términos anglosajones la película no está corta de tits 'n' ass. Destaca en especial el desnudo de Lisa Comshaw, a quien ya tuvimos en este blog con Fatal Passion, tras su encuentro sexual con el detective Anderson.

Menos interesante es la investigación policial en torno al caso, múltiples escenas en las que no se avanza nada hasta que aparecen los niños a desenmarañarlo. Al detective Anderson pareciera importarle más involucrarse y al encuentro con Debbie (Lisa Comshaw) hay que sumarle una aventura con Joycelyn y pareciera mantener un romance con su compañera, la detective Susan Wesley (la estrella porno Shanna McCullough).

Tan seria que se ve Shanna McCullough (derecha) en este papel.

Aun así no deja de ser una alternativa válida dentro del espectro de películas tan malas que terminan siendo divertidas.