15 de julio de 2018

Hell-ephone (2008)

Retomamos la actividad con una película de bajo presupuesto con dirección y guión de George Bonilla. Se trata de una producción que combina la clásica historia policial con el slasher, que a pesar de sus imperfecciones me hizo pasar un rato entretenido y me pareció carne de este blog.


Hell-ephone inicia con un asesino en serie conocido como "El monstruo marino" (Michael S. Shouse) mientras comete el que a la postre será su último crimen antes de ser capturado por el detective Mike Stone (Billy W. Blackwell). Posteriormente presenciamos la ejecución en la silla eléctrica de este criminal que solo pareciera albergar buenos sentimientos para su madre (Mary Bondurant), pero se niega a mostrar arrepentimiento alguno sobre los actos cometidos y solo piensa en volver desde el más allá y vengarse de todos los que le han hecho daño a él o lastimen a su madre.


Todo esto ocurre bastante rápido, dentro de los primeros 25 minutos de la película, a partir de ese punto el ritmo baja un poco y el director nos presenta el segundo aspecto que da vida a esta historia: un grupo de estudiantes y el peculiar juego que llevan a cabo bajo la tutela de uno de sus profesores. El juego consiste en revisar las listas de fallecidos, averiguar todos los detalles de sus vidas y después llamar durante el funeral a alguno de sus allegados haciéndose pasar por el fallecido como si este los estuviera llamando desde el más allá.


En un principio esto no sería más que una broma de mal gusto, pero todo se complica cuando deciden llamar a la mamá de "El Monstruo marino" y la señora muere en el acto a consecuencia del tremendo susto que le causa volver a oír a su difunto hijo.


En el velorio se encontraban presentes los detectives Stone y Tony Fusco (Frank Santoroski), quienes al instante ordenan que sea rastreado el número del que provino esa llamada, pero el equipo de estudiantes del profesor Goldman (Ari Lehman), alias "The Circuit Maker", parece haber hecho bien sus deberes y no puede ser localizado.


En este punto de la reseña es bueno agregar algo más de información sobre Ari Lehman. Si bien su personaje no tiene tantos minutos en pantalla como otros actores de Hell-ephone, es importante señalar que el actor que da vida a este profesor algo desequilibrado fue en su día el encargado de interpretar a un joven Jason en la primera de las películas de Viernes 13. Luego de su breve participación en esa popular película se apartó del mundo del cine y se dedicó a estudiar música, pero desde 2006 está de vuelta y ha participado en un buen número de producciones de bajo presupuesto como esta.

Tras ese breve paréntesis podemos retomar el hilo de la reseña y decirles que no haber podido rastrear la llamada no es el único problema para los investigadores. Esa misma noche aparecen los cadáveres de cuatro estudiantes del profesor Goldman, los primeros en lo que se convertirá en una extensa serie de asesinatos, y reciben la noticia de que ha sido vandalizada la tumba de Stanley Conklin, "El monstruo marino", desapareciendo su cuerpo.


¿Estamos en verdad ante unos crímenes cometidos por un asesino que ha vuelto desde la muerte o hay algo más detrás de este tenebroso caso? Eso le tocará a ustedes descubrirlo viendo Hell-ephone.


Como mencioné al comienzo de esta reseña, la película está lejos de ser perfecta, en especial siento que su duración es excesiva (casi 2 horas) y en varios puntos la historia pareciera estancarse o algunas cosas incluso parecieran sobrar. Asimismo algunas actuaciones dejan mucho que desear, aunque afortunadamente no es el caso de los protagonistas. Pero a pesar de ello estuvo entretenida en líneas generales y combina de forma efectiva estos dos géneros. Con algo más de gore y desnudos hubiese sido casi perfecta.

Tráiler:

1 comentario:


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