La protagonista de esta historia es Cassie (Jena Sims), una joven desdichada a la que el acné y la torpeza han minado su confianza e impedido que consiga unirse al grupo de cheerleaders de su universidad y así seguir los pasos de su madre. Cassie es una científica prometedora que forma parte de un equipo que está a punto de realizar un descubrimiento que revolucionará el mundo, pero digamos que eso no la llena y que sus prioridades son otras.
El avance en cuestión se muestra exitoso durante la primera fase de pruebas en animales y consiste en una sustancia que al ser inyectada en el sujeto corrige todas las imperfecciones que este posea. Nunca revelan qué criterios sigue para determinar los elementos a corregir en el organismo que recibe la dosis, pero el hecho es que pareciera ajustarse mágicamente a los estándares de belleza.
Frustrada con la vida y temerosa de que su madre nunca se sienta orgullosa de ella por no ser más que una nerd, Cassie decide inyectarse una dosis de esta droga sin saber qué efectos secundarios podría tener en los animales donde fue probada o si causa algún daño grave en humanos. A la mañana siguiente despierta sin acné, sin necesidad de seguir usando anteojos y con un buen par de... tetas.
A partir de ahí la vida le sonríe. Despierta el interés de los hombres de la universidad y consigue un puesto en el equipo de cheerleaders reemplazando a la lesionada Tiffany (Anne McDaniels), quien asegura ante la incredulidad de todos que fue atacada en el baño por una araña gigante. Me pregunto de dónde habrá podido salir.
Nada de esto es del agrado de Brittany (Olivia Alexander) líder de las cheerleaders y que ve cómo su protagonismo y liderazgo se ven opacados por la llegada de Cassie, quien además de haberse convertido en una bella mujer ahora mide bastante más de 2 metros de altura. Aunque sus compañeros parecieran aceptar esto como una especie de desarrollo tardío o algo así.
Pero sus problemas con Brittany quedan momentáneamente en segundo plano cuando el crecimiento prosigue y pasa a convertirse en la gigantona que da nombre a la película. Kyle (Ryan Merriman), su compañero de laboratorio, trabaja contra reloj intentando buscar una cura, pero no todos quieren eso para Cassie. El Dr. Grey (Treat Williams), dueño de la compañía que financió el proyecto, prefiere capturarla con vida y en su estado actual para someterla a toda clase de estudios.
Por supuesto, como era de esperarse en una película así, su enemiga también recibe una dosis de esta droga y tenemos una batalla final entre dos porristas gigantes y topless.
Una comedia ligera sin mayores pretensiones ideal para pasar el rato. Cuenta además con un cameo de Roger Corman, quien para haber tenido 86 años al momento de la filmación de esta película luce muy bien.
Tráiler:
No hay comentarios:
Publicar un comentario