Había transcurrido casi una década desde la última de las películas de la saga del terror ciego (La noche de las gaviotas, de 1975) y Amando de Ossorio se encontraba en horas bajas con problemas de financiación para nuevos proyectos; fue entonces cuando recibió una llamada del productor José Frade para comentarle la posibilidad de una coproducción con actores de Hollywood pero necesitaba un guión. Raudo y veloz, Ossorio le presentó una historia sobre una serpiente marina prehistórica, gigantesca y fea que despierta de las profundidades del océano tras una explosión nuclear y comienza a devorar marineros incautos. Frade quedó encantado con la idea y le ofreció además la posibilidad de dirigir en la que a la postre sería su última incursión en el mundo del cine.
La súper bomba al momento de ser arrojada desde el avión.
Desconozco si habrá sido un problema de dinero o de talento, pero la ejecución de la idea digamos que no fue realizada de la manera más brillante. El temible monstruo marino cuando se levanta sobre el agua no es más que un títere de calcetín, se disimula un poco gracias a que solamente lo vemos en escenas nocturnas, pero es digno del cine de ciencia ficción de más bajo presupuesto de los años 50.
La trama no es nada del otro mundo pero consiguió mantenerme interesado en todo momento. Esta serpiente del mar hace que se crucen los caminos del capitán Pedro Fontán (Timothy Bottoms) y de la turista Margaret (Taryn Power). El primero fue encontrado culpable de negligencia luego de que se hundiera su barco y murieran varios tripulantes, su explicación de haber sido atacados por una criatura marina fue desestimada y la atribuyeron a los delirios de un borracho. Ella por su parte se encontraba de vacaciones en Estoril y terminó ingresada en un hospital psiquiátrico tras declarar que su amiga Jill (Carole James) había sido tragada por un monstruo que salió de las profundidades del mar.
Juntos se ponen en contacto con el profesor Wallace (Ray Milland) del Instituto Nacional de Oceanografía y le piden su ayuda para demostrar la existencia de esta criatura. En un principio los toma por dos dementes que solo buscan hacerle perder su tiempo pero después empieza a atar cabos con ciertos acontecimientos ocurridos recientemente y piensa que estos dos extraños tal vez podrían estar diciendo la verdad. Por lo tanto decide unirse a ellos en la misión de ahuyentar a este animal de las costas de España y Portugal.
Para Ray Milland esta sería su última película para el cine (participaría después en un telefilm y en una película distribuida en video)
Ese es otro punto de atención del argumento. Estas son las únicas personas conscientes del problema y ni se molestan en acudir a las autoridades una vez que tienen algo más de evidencia, les parece más sensato conseguir dinamita y atacar directamente a la serpiente. Por otra parte, además de las pérdidas humanas un faro fue destrozado en Portugal y nadie relaciona los hechos ni pareciera haber investigación alguna en curso.
Volviendo al tema del bajo presupuesto y la similitud con técnicas empleadas en décadas pasadas, no solo ahorraron dinero con la criatura sino que en la escena final donde la serpiente amenaza con destruir un puente hacia el que se dirige un tren a toda velocidad, puede apreciarse claramente en las tomas cerradas que todo es una maqueta.
Entre tantos actores anglosajones hay lugar para un cameo del argentino León Klimovsky, ya apartado de las labores de director y guionista pero disfrutando de pequeños papeles actorales. En esta oportunidad interpreta al Dr. Moore, el encargado de atender a un narcotraficante que fue el único sobreviviente de un ataque de nuestra escamosa protagonista.
Ya que hablamos de los actores, también merece mención Taryn Power, una actriz con una breve carrera cinematográfica pero proveniente de una familia de famosos, incluso con menciones en este blog. Es hermana de Romina Power, de quien hablamos hace 4 años con Las trompetas del apocalipsis, hija de Linda Christian y sobrina de Ariadna Welter, ellas dos coincidieron en The Devil's Hand).
No cabe la menor duda de que Serpiente de mar es una producción de baja calidad, pero al mismo tiempo es capaz de brindar 90 minutos de diversión gracias a todos sus desaciertos. El DVD no tiene una gran calidad de imagen pero puede encontrarse tanto con audio en inglés como en español.
Tráiler:
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