El día de hoy hablaremos de Killing Spree, una producción de muy bajo presupuesto con guión y dirección de Tim Ritter y que cuenta con la notable actuación de Asbestos Felt interpretando a un hombre común y corriente que sucumbe a la locura ante la presión de su día a día.
Desde el primer momento que vemos a Tom Russo (Asbestos Felt) llegar a su casa tras un día de trabajo, notamos que está cansado de su rutina, agobiado por la cháchara de su vecina y que no puede disimular su malestar cuando su esposa le recuerda que esa noche irá a cenar Ben Seltzer (Raymond Carbone), el mejor amigo de Tom y el padrino de su boda.
Durante la cena, Ben les cuenta sobre su nueva novia, una jovencita de 18 años que lo hace sentir más vivo que nunca y esto solo sirve para aumentar el desagrado de Tom hacia su amigo, ya que se trata de un hombre de unos 60 años. En un momento de la velada llaman a la puerta y Tom se levanta a atender, a su regreso se encuentra con Ben charlando animadamente con Leeza (Courtney Lercara) y en la mente de Tom esto se traduce como un intento de seducción por parte de su amigo hacia su inocente esposa. Tom lo corre de la casa y su esposa tiene que hacerlo entrar en razón explicándole que Ben solo le estaba hablando de su novia.
Al día siguiente Tom tiene sentimiento de culpa por la forma en como se comportó con su mejor amigo y su intención es buscarlo para disculparse, pero primero recibe la noticia en el trabajo de que debido a la crisis económica reducirán los salarios en un 40%. Eso arruina por completo su día y al llegar a casa discute con Leeza porque ella le dice que puede volver a su viejo empleo, algo a lo que Tom se opone rotundamente. Por ello, cuando horas más tarde llega Ben con el deseo de presentarle a su novia Angel (Rachel Rutz) y limar asperezas, Tom no se encuentra en el estado de ánimo más idóneo.
En este cambio de humor también ha influido que, tras la discusión con Leeza, Tom encontrara el diario de su esposa en el que descubre con detalles el encuentro sexual que tuvo con Ben. En este punto el espectador no sabe si es cierto o si se trata de una alucinación de Tom, completamente enajenado, pero lo que sí es real es la venganza que planea ejecutar en consecuencia.
Luego de deshacerse de los cuerpos Tom duerme profundamente y despierta mucho más relajado y de buen humor, sin embargo, Leeza le informa que ese día irá el electricista a revisar la conexión de un ventilador de techo que no está funcionando. Nuestro protagonista se marcha al bar más cercano para aclarar sus ideas con la ayuda del alcohol y llega a la conclusión de que no es culpa de Leeza sino de esos hombres que no respetan a las mujeres casadas. Este es el segundo matrimonio de Tom, el primero se terminó porque su esposa le fue infiel, lo que contribuye a esa paranoia suya respecto a Leeza y su necesidad de "protegerla".