Estrenada justo al comienzo de la década de 1960, esta película de Phil Tucker conserva toda la estética y características de otras producciones de ciencia ficción de bajo presupuesto rodadas durante los años '50. Si el nombre de Phil Tucker les resulta familiar es porque se trata de quien en 1953 dirigiera y produjera Robot Monster, todo un clásico dentro del mundo de las películas malas.
Dos extraterrestres provenientes de un planeta no identificado llegan a la Tierra con la misión de sabotear el programa espacial estadounidense. En un primer momento podría creerse que estos dos visitantes son comunistas o que de algún modo simpatizan con la Unión Soviética; sin embargo, sus intereses son otros y solo quieren evitar que la raza humana conquiste el espacio y así poder ellos organizar con calma una invasión a nuestro planeta. Para ello se apoderan de los cuerpos de dos terrícolas que acaban de fallecer en un accidente de tránsito y se ocultan en una cueva en una montaña cercana.
Dicha cueva queda cerca del famoso Cabo Cañaveral en Florida, lugar que desde 1950 es empleado por la NASA para el lanzamiento de cohetes, y le sirve perfectamente a estos invasores como punto de observación y ataque al momento de derribar cualquier cohete a los pocos segundos de despegar. El armamento que emplea Hauron (Jason Johnson) no luce nada mal si tenemos en cuenta que se trata de una película de bajo presupuesto.
La única pista que tienen los militares y los científicos es un brazo recuperado por un guardia luego de que uno de los perros se lo arrancara de cuajo a un sospechoso que merodeaba la zona. Lo del brazo vendría a ser la nota cómica de The Cape Canaveral Monsters, puesto que Hauron vuelve a perderlo al poco tiempo de que Nadja (Katherine Victor) se lo hubiera cosido tras recogerlo del accidente automovilístico en el que obtuvieron sus cuerpos.