El día de hoy les hablaré de una maravilla que vi en días pasados: Private House of the SS, como aparece en los créditos del DVD que llegó a mis manos, pero que también es conocida bajo el nombre de SS Girls o por el título original en italiano de Casa privata per le SS. Eso sí, maravilla si son amantes del exploitation en general y en concreto del subgénero de nazisploitation.
La película fue dirigida y escrita por quien a la postre terminaría siendo un grande del género, pero que para ese entonces solamente había dirigido otra película: Bruno Mattei. Si a alguno de ustedes el nombre no le suena de nada, podría deberse a que a lo largo de su carrera siempre publicó sus obras bajo seudónimos, siendo el más famoso de ellos el de Vincent Dawn. Sin embargo con SS Girls optó por la opción más habitual durante esa época y simplemente le dio un toque anglosajón a su nombre, presentándose como Jordan B. Matthews.
Si algo hay que reconocerle a Mattei es que, para alegría nuestra, estuvo trabajando de lleno en lo que más le apasionaba hasta el final de sus días. Al menos así de memoria no me viene a la mente ningún otro director filmando en pleno siglo XXI películas del subgénero
Women In Prison (
The Jail: The Women's Hell, año 2006). Lamentablemente en el 2007 las complicaciones que surgieron tras una operación para extirparle un tumor en el cerebro aceleraron su muerte y nos dejó cuando tenía ya 75 años de edad.
Pero dejemos a Mattei descansando en paz y centrémonos en su obra. Como es de preverse, una película de este estilo no es que destaque por su argumento; no obstante, pese a ello cuenta con una trama más o menos definida. Un general del Tercer Reich (Ivano Stacioli) le pide a un subalterno, Hans Schellenberg (Gabriele Carrara), que reclute a las mejores diez prostitutas que la guerra le permita conseguir y que las entrene para una misión de altísimo nivel: seducir a un grupo de generales para ganarse se confianza y hacerlos confesar que conspiran contra Hitler.
En el Tercer Reich todo era diversión.
Completada con éxito la primera misión, a este joven oficial le asignan una nueva tarea, la cual también implica deshacerse de unos de militares que atentan contra la armonía de la Alemania nazi: un tal Oscar, un tuerto y despiadado asesino al que se considera responsable de numerosos crímenes de guerra, y sus dos matones, igual de feos que él.