Comenzamos el año con un thriller erótico de principios de los '90 cuya calidad cinematográfica es de nivel similar a otras producciones que hemos reseñado recientemente en este blog como Burglar from Hell y Gore-Met Zombie Chef From Hell.
El argumento de Death Dancers es bastante confuso y hubo algunos personajes que todavía no me explico qué papel desempeñaban dentro de la trama, sin embargo creo que a grandes rasgos fui capaz de comprender la historia. Shannon (Deborah Dutch) es una asesina en serie de hombres que maltratan a sus mujeres. Ese comportamiento insano es producto de un trauma del pasado, cuando ella misma era la víctima de abusos físicos y psicológicos por parte de su marido y además se vio obligada a abortar. Pero su vida cambió desde el momento en que decidió acabar con la existencia de ese hombre y ahora es su propia jefa, manejando un próspero servicio de citas BDSM.
Shannon sufriendo (u orgasmándose) durante uno de sus trances.
Por otro lado tenemos a Will (Mitchell Scott), un policía encubierto que le sigue los pasos a Shannon gracias a un teléfono celular gigante. Will también esconde un oscuro pasado que el director gentilmente nos presenta a través de escenas en retrospectiva y gracias a las cuales descubrimos que años atrás perdió a la mujer que amaba y no ha conseguido superarlo.
Dichos momentos en retrospectiva con escenas en sepia o blanco y negro son un elemento característico y problemático de Death Dancers, especialmente cuando algunas de ellas se llegan a repetir a lo largo de la producción. De igual manera hay un exceso de secuencias en cámara lenta, lo que contribuye a que sus 90 minutos de duración terminen sintiéndose más extensos que cualquier drama existencial nepalí.
Para aumentar el sufrimiento del espectador, también hay flashbacks en cámara lenta.
A pesar de contar en el reparto con la exuberante Deborah Dutch y con la actriz porno Sunset Thomas cuando apenas había cumplido la mayoría de edad, la película es totalmente inefectiva en el plano erótico, que era donde más fácil lo tenía el director para dotar a su obra de algo de interés. Que alguien pueda obtener un resultado tan mediocre para una película de tinte erótico BDSM disponiendo de mujeres atractivas en los papeles principales es algo que simplemente escapa a mi comprensión.
Death Dancers actualmente es distribuida por Troma y puedo decir al menos que afortunadamente el DVD tiene una calidad de imagen decente, o incluso buena si la comparamos con otros títulos manejados por esta compañía. Incluye una presentación con Lloyd Kaufman y Debbie Rochon que es más entretenida que la película en sí.
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