Películas B

Las producciones más geniales del séptimo arte

El día de hoy tenemos este thriller italiano con dirección y guión a cargo de Luigi Cozzi y producido por Umberto Lenzi. Algunas personas lo incluyen en la categoría de giallo, si bien realmente no hay un elemento de misterio en la historia en torno a la identidad del asesino. Puede que se trate de una generalización debido al país de origen y por la época en la que fue filmada.



La película empieza con una discusión marital entre Giorgio (George Hilton) y Norma (Tere Velázquez) por temas económicos, debido a unos gastos excesivos que ha realizado recientemente y su esposa le informa que a partir de ese mismo día ya no tendrá acceso a la cuenta familiar.



La premisa de L'assassino è costretto ad uccidere ancora es un tanto halada de los cabellos. Después de la discusión inicial, Giorgio se dirige a un lugar apartado a llamar desde una caseta telefónica. Mientras está ahí ve llegar un auto conducido por un hombre y acompañado por una mujer que pareciera estar muerta o al menos inconsciente. Este hombre se baja del vehículo y lo empuja hasta arrojarlo en un río cercano.


Lo absurdo es que a Giorgio simplemente le parece buena idea abordar al homicida y proponerle que secuestre y mate a su esposa. A cambio le ofrece 20 millones de liras (o 20 mil dólares en la versión en inglés). Además lo amenaza con denunciarlo en la policía en caso de no aceptar su propuesta. Por suerte para Giorgio este asesino es un tipo colaborador y no le parece mal plan deshacerse de esta mujer y de paso ganarse una buena suma de dinero por el trabajo.



Del asesino, interpretado de manera excelente por Antoine Saint-John, no sabemos ni siquiera su nombre ni si este era su primer crimen o si lleva un gran historial criminal a sus espaldas. Pero, en un principio el asesinato de Norma pareciera marchar a pedir de boca. No obstante, las cosas se complican una vez que él sale de la vivienda con el cádaver, lo esconde en la maleta de su Mercedes y regresa a la vivienda para borrar posibles huellas. Cuando vuelve a la calle descubre que le han robado el auto.

Definitivamente no se lo puede creer.

Uno piensa que las cosas están mal actualmente y ya ven, en los años 70 tampoco había respeto por la propiedad privada y dejan a este pobre hombre a pie, a merced de los peligros de la noche. Pero este personaje es un hombre lleno de recursos y sin reparo alguno rompe el vidrio de otro auto que se encontraba en esa calle y se pone en marcha para recuperar su amado Mercedes y el comprometedor contenido de su maleta.

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