En ocasiones como esta me siento como el tipo de Discovery Travel & Living que prueba toda clase de platos exóticos por muy desagradables que luzcan con el fin de informarle a la audiencia sobre qué cosas vale la pena probar en cada lugar. La diferencia es que yo todavía no he conseguido la manera de recibir pago alguno por mi sacrificada labor y continúo haciéndola por amor al arte.
El motivo de esta reflexión es que para cerrar el año hablaremos de una película de terror indie que actualmente cuenta con apenas 1,1/10 en IMDb con 18 votos. Como muchos otros proyectos amateur, The Crate tiene el simpático detalle de que todo parece ser realizado por la misma persona; en los créditos podemos ver repetirse el nombre de Rakeem J.H. Lawrence en numerosas oportunidades, es el director, escritor, productor, editor y el encargado del vestuario, maquillaje y efectos especiales.
Usualmente lo común en estas películas es que sean fuente de buenas risas producto de la diversión de un grupo de amigos con una handycam y aquí es donde falla The Crate, es como si Rakeem Lawrence se hubiese tomado muy en serio lo que estaba haciendo y haya querido producir algo más elaborado de lo que estaba a su alcance. Por ejemplo, después de una buena escena inicial donde descubren al monstruo y éste mata a dos cazadores, nos vemos sometidos a un largo reecuentro con diálogos vacíos entre unos jóvenes que años atrás habían dejado el pueblo para ir a la universidad, ese episodio ocupa tanto metraje que por momentos pensé que el monstruo no volvería a aparecer en el resto de la cinta.
Aun así hay que reconocer sus aspectos positivos, principalmente el monstruo, con una máscara de ojos brillantes básica pero muy bien lograda, lo mismo va para el efecto de los rayos saliendo desde sus ojos. De igual manera hay que mencionar a la pareja de detectives, actores que destacan con diferencia por encima del resto del reparto.