Películas B

Las producciones más geniales del séptimo arte

29.9.09

The Brain That Wouldn't Die (1962)

Publicado por Marcel |

Hoy es el día de hablar de uno de los grandes clásicos del cine de ciencia ficción y horror de bajo presupuesto: The Brain That Wouldn't Die.



La historia, como muchas de sus similares de los años '50 y '60, nos presenta a un hombre que se desenvuelve en la delicada línea entre ser un adelantado a su tiempo o un simple científico loco.

El Doctor Bill Cortner, a pesar de las objeciones de su padre y colega, está dedicado de lleno a los experimentos relacionados con los transplantes en seres humanos, al punto de convertírsele en una obsesión y robar partes de cadáveres en el hospital donde trabaja.

Un día recibe una llamada de emergencia y se dirige al lugar a toda velocidad en compañía de su novia. A los pocos instantes ya se sabe lo que va a suceder, pierde el control del auto y se salen del camino en un terrible accidente. Con el vehículo en llamas, el doctor observa que su novia ha quedado decapitada y lo primero que se le ocurre es tomar la cabeza y huir con ella. No hay tiempo que perder.

Las bajas puntuaciones que presentan en IMDb las cintas de este estilo, se deben en mi opinión, más allá de que por su temática cuesta mucho que envejezcan bien, a que en buena parte de la trama sucede más bien poco. En el caso concreto de The Brain That Wouldn't Die, los primeros minutos hasta que ocurre el accidente lucen bastante prometedores; pero a partir de que el Doctor Cortner llega a su laboratorio secreto y conecta la cabeza de su novia, pasamos la hora restante viendo sus infructuosos intentos por conseguirle un cuerpo.


Esta sí que fue una agradable sorpresa proveniente del catálogo de Troma Movies, debido a su afiche y baja puntuación en IMDb estaba mentalizado para recibir una dosis de gore barato y trabajo de cámara amateur, pero estamos ante una comedia de terror realmente entretenida y que consiguió mantenerme interesado de principio a fin.



La cinta empieza con un misterioso hombre que luce como Nosferatu y que está escribiendo una carta donde relata la leyenda del Wendigo; un terrible ser infernal al que debió enfrentarse hace más de 100 años y que venció casi milagrosamente. Desde ese día comprendió que debía convertirse en el guardián que protegiera a todos los habitantes del planeta de la amenaza del Wendigo, por lo que decidió asentarse en el lugar de la batalla y crear un círculo protector empleando las cráneos de aquellos que fueron víctimas de la ira del Wendigo.


Cuesta creer que no es el malo, ¿eh?

Toda la acción ocurre en la isla de Manitou del norte, durante el invierno y en medio de una fuerte nevada. Allí observamos a una pareja de cazadores alcoholizados que llegan a la cabaña del Guardián y no se les ocurre mejor cosa que buscar problemas con las municiones sobrantes. Sin entrar en mayores detalles supongo que ya pueden imaginar lo que ocurre, se ponen a practicar tiro al blanco y rompen el círculo de protección, liberando toda la ira del Wendigo.

Desde hace tiempo tenía ganas de ver alguno de los últimos roles de Boris Karloff, aquellas películas que filmara en Italia y México durante el ocaso de su carrera. Por referencia de terceros estaba advertido de que se trataba de producciones de muy poca calidad, apenas rescatables por la presencia de Karloff en el reparto; incluso los más mordaces sugieren que el único interés del gran Boris en incluir estos bodrios en su filmografía fue el tener nuevos destinos para irse de vacaciones.

La oportunidad me llegó finalmente con Macabre Serenade, en calidad VHS después de haber sido visto unas 100 veces, pero no hay que ponerse quisquilloso cuando hablamos de estas reliquias cinematográficas. Con la única excepción del mismo Karloff, el resto del reparto estaba conformado por actores mexicanos, lo que nos lleva a una anécdota simpática: esos mismos actores hicieron la película hablando en inglés directamente, pero cuenta la leyenda que el resultado no fue del agrado del director y optó por realizar un doblaje durante el proceso de edición. El producto final quedó con un doblaje a la altura de cualquier película filipina o indonesia de la época. De todas formas, debe existir en alguna parte una versión en español bajo el título de "Serenata Macabra", o al menos es lo que supongo tras ver que los títulos en la película están en nuestro idioma y la presentan bajo ese nombre.



Ya que mi único interés al ver esta cinta era apreciar a Boris, aquí tienen una foto del hombre en cuestión un año antes de su muerte.



Pero él no es el único elemento interesante de la lista de actores, miren quién más participa, Andrés García cuando apenas tenía 27 añitos.


Supongo que no puedo seguir dándole largas al asunto y ahora debo contarles algo de la trama. O estamos ante un completo desastre o yo no puse el empeño suficiente en entenderla, pero me sentí como si hubiese estado viendo una película de Andy Milligan, rara y las situaciones ocurren sin explicación aparente.

Esta película nos fue recomendada hace un tiempo ya por su mismo director, Germán Magariños, quien muy amablemente nos dejó varios comentarios en la reseña sobre Sadomaster, la súper producción de Gorevision.



Un cazador de zombis nos presenta la historia de Toro, un hombre al servicio de la Iglesia Católica en la noble misión de matar zombies. Sospecho que el dinero lo recibe directamente desde la Iglesia de Boston, ya que tiene ciertos vicios característicos por así decirlo.



De todas las películas que hemos reseñado en este blog, me atrevo a decir que esta es la más especial de todas ya que logró ponerme sentimental apelando a la nostalgia.


Casi dos décadas después de su última participación cinematográfica, Mil Máscaras fue rescatado del retiro por parte de Jeffrey Uhlmann, quien no solamente es el responsable del libreto, sino que además interpreta dos papeles en esta cinta conocida también bajo el nombre de Mil Máscaras: Resurrection.

Salta a la vista que se trata de una producción de bajísimo presupuesto; si ya de por sí las viejas películas mexicanas del género nunca destacaron por el dinero disponible, en esta se nota que es el trabajo de unos amantes del cine Z divirtiéndose y haciéndolo lo mejor posible. Aun así me parece admirable que un grupo de profesionales haya decidido hacer este homenaje a un personaje como Mil Máscaras y al cine de luchadores en general, conscientes de que en el plano económico la ganancia sería mínima.

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