Hoy es el día de hablar de uno de los grandes clásicos del cine de ciencia ficción y horror de bajo presupuesto: The Brain That Wouldn't Die.
La historia, como muchas de sus similares de los años '50 y '60, nos presenta a un hombre que se desenvuelve en la delicada línea entre ser un adelantado a su tiempo o un simple científico loco.
El Doctor Bill Cortner, a pesar de las objeciones de su padre y colega, está dedicado de lleno a los experimentos relacionados con los transplantes en seres humanos, al punto de convertírsele en una obsesión y robar partes de cadáveres en el hospital donde trabaja.
Un día recibe una llamada de emergencia y se dirige al lugar a toda velocidad en compañía de su novia. A los pocos instantes ya se sabe lo que va a suceder, pierde el control del auto y se salen del camino en un terrible accidente. Con el vehículo en llamas, el doctor observa que su novia ha quedado decapitada y lo primero que se le ocurre es tomar la cabeza y huir con ella. No hay tiempo que perder.
Las bajas puntuaciones que presentan en IMDb las cintas de este estilo, se deben en mi opinión, más allá de que por su temática cuesta mucho que envejezcan bien, a que en buena parte de la trama sucede más bien poco. En el caso concreto de The Brain That Wouldn't Die, los primeros minutos hasta que ocurre el accidente lucen bastante prometedores; pero a partir de que el Doctor Cortner llega a su laboratorio secreto y conecta la cabeza de su novia, pasamos la hora restante viendo sus infructuosos intentos por conseguirle un cuerpo.
Sus intentos fracasan simplemente porque cada vez que aborda a una posible candidata, aparecen testigos en el lugar y no puede arriesgarse a que lo vean partir con una mujer que no volverá a ser vista con vida. Eso lo podemos ver en dos oportunidades, primero cuando es abordado por una bailarina de un club nocturno que al final termina yéndose a las manos con una colega; y después, cuando le ofrece un aventón a una vieja amiga y se suma una tercera a dañar el plan.
Finalmente los caminos se le abren cuando se reencuentra con una compañera de clases, resentida y convertida a lesbiana por el daño que le hizo un hombre; nuestro gentil doctor le dice que puede confiar en él y que, con la ayuda de la última tecnología, le hará desaparecer la fea cicatriz que tiene en el rostro.
Tu cuerpo se vería mejor con otro rostro.
Aunque ahora que recuerdo les estoy mintiendo al decir que eso es todo lo que pasa, simultáneamente también vemos a la cabeza discutiendo con el ayudante del Dr. Cortner y entablando amistad con un experimento fallido que se encuentra encerrado detrás de una puerta.
Lo mejor: la escandalosa risa de la cabeza. Vale la pena ver la película únicamente por eso.
Errores:
- El The End es acompañado por el título de la película, pero éste aparece como The Head That Wouldn't Die.
- Cuando el monstruo supuestamente le arranca el brazo a Kurt, el fiel asistente, se puede ver bajo su bata de trabajo el bulto correspondiente a su brazo verdadero.
- Y mis errores favoritos: pérdida de continuidad. En la pelea entre las bailarinas, la rubia le pega a la morena y ésta se pone la mano en la cara, pero en el primer cuadro se aprecia que ya se había quitado los guantes.
Otro punto importante que debo mencionar es que existen varias versiones de esta película, a continuación les menciono las ediciones que yo conozco para que lo tengan como referencia si están pensando comprarla o descargarla.
- La película es de dominio público y se encuentra disponible para descarga en Archive.org, esa copia es la misma de TCM y tiene una duración de 70 minutos.
- Edición VHS de Rhino con introducción y comentarios de Elvira, Mistress of Darkness. En esta versión la película en sí dura 82 minutos.
- Una restauración en DVD realizada por Synapse que supuestamente tiene una duración de 85 minutos.
- Y hay además un capítulo de MST3K dedicado a esta película (sexta temporada, episodio 13). Desconozco cuál es la duración descontando los comentarios y los extras.
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