La segunda reseña del mes de marzo le corresponde a uno de mis géneros favoritos, que es el de la serie B de ciencia ficción del período que engloba las décadas del 40 al 60. La película que nos ocupa en esta oportunidad está ambientada en Italia (si bien fue rodada en California) e involucra en su trama a la ciudad de Pompeya del antiguo imperio romano y el suceso que acabó con ella en el año 79 d.C. cuando fue enterrada por la erupción del Vesubio.
Curse of the Faceless Man inicia con unas excavaciones en las ruinas de Pompeya, donde uno de los obreros encuentra un cofre con algunas joyas y además un misterioso hombre de piedra.
No hay lugar para muchas hipótesis, puesto que desde el primer momento el doctor Carlo Fiorillo (Luis Van Rooten) convoca a sus colegas, los doctores Paul Mallon (Richard Anderson), Enricco Ricci (Gar Moore) y a su hija, la doctora Maria Fiorillo (Adele Mara), para realizar un análisis completo en este hombre de piedra del que sospecha que podría no estar realmente muerto al detectarle cierta elasticidad en su corteza.
Es un tanto escandaloso que un científico serio haga semejante afirmación sobre unos restos que estuvieron sepultados durante 2 mil años, pero rápidamente los acontecimientos comienzan a respaldar su teoría. Lo primero que ocurre es la muerte del chofer encargado de trasladar los tesoros arqueológicos al museo, respecto a la cual las autoridades determinan que no fue un accidente sino un asesinato y extrañamente en las manos de esta pieza arqueológica hallan sangre de la víctima.
En un principio sus colegas se muestran escépticos a pesar de ese trágico incidente, pero todo se torna aún más sospechoso cuando el doctor Mallon visita a su novia, la artista Tina Enright (Elaine Edwards), y se topa con que ella ha pintado un cuadro que representa a este hombre de Pompeya. Acto seguido ella le explica cómo la inspiración le vino en un sueño en el que fue testigo de la excavación y de la muerte del chofer, además de un anhelo de este hombre por encontrarla. La impresión que recibe es terrible cuando Mallon le relata todos los acontecimientos del día y le confirma que sucedieron tal cual como los vio en sueños.