Retrocedemos unas dos décadas y nos vamos al viejo continente para hablar el día de hoy de Diabolicamente... Letizia o Sex, Demons and Death, como fue dada a conocer en el mercado estadounidense.
A pesar de disponer de una edición en DVD bastante decente por parte de One 7 Movies (algunos detalles en la imagen, pero aceptable en líneas generales), esta película a día de hoy sigue siendo desconocida incluso para muchos aficionados del terror erótico europeo de los años '70 y actualmente cuenta con solamente 16 votos en IMDb. Esta producción representó el debut como director y guionista de Salvatore Bugnatelli, un nombre totalmente desconocido para mí y con una filmografía que puede ser contada con los dedos de una mano.
La historia inicia de forma extraña como suele suceder en esta clase de cine. El arquitecto Marcello Martinozzi (Gabriele Tinti) tras hablar con el ginecólogo telefonea a su esposa Micaela (Magda Konopka) y le comunica que sigue sin poder quedar embarazada. Él, como buen esposo amoroso, le dice que no pierda las esperanzas, que todavía les queda el recurso de viajar a Suiza, en donde se encuentran los mejores especialistas del área, y seguir intentándolo. Ella en cambio, en un arrebato digno del cine B, le dice que mejor saca del internado a su sobrina y la cría como si fuese su hija, así de paso podrá cumplir con la promesa que le hizo a su difunta hermana en su lecho de muerte.
La edad de Letizia (Franca Gonella) no es especificada en ningún momento a lo largo de la película, aunque hemos de suponer que no supera los 18 años por el tema del internado y requerir un representante; pero la actriz que la interpreta tenía para la fecha 23 años y los representa. De todas maneras Marcello, tan alarmado como los espectadores, le recuerda a Micaela que su sobrina ya no es una niña y que podría no ser una buena idea. Pero ni hablar, Micaela se encuentra al borde del colapso nervioso y él desiste en su intento por contradecir sus planes, así que Letizia llega a casa.
Al comienzo a la jovencita le cuesta desenvolverse con sus tíos y la servidumbre, pareciendo estar en trance en todo momento, pero poco a poco va entrando en confianza y da inicio a su juego de seducción y terror.