Películas B

Las producciones más geniales del séptimo arte

Estrenada justo al comienzo de la década de 1960, esta película de Phil Tucker conserva toda la estética y características de otras producciones de ciencia ficción de bajo presupuesto rodadas durante los años '50. Si el nombre de Phil Tucker les resulta familiar es porque se trata de quien en 1953 dirigiera y produjera Robot Monster, todo un clásico dentro del mundo de las películas malas.


Dos extraterrestres provenientes de un planeta no identificado llegan a la Tierra con la misión de sabotear el programa espacial estadounidense. En un primer momento podría creerse que estos dos visitantes son comunistas o que de algún modo simpatizan con la Unión Soviética; sin embargo, sus intereses son otros y solo quieren evitar que la raza humana conquiste el espacio y así poder ellos organizar con calma una invasión a nuestro planeta. Para ello se apoderan de los cuerpos de dos terrícolas que acaban de fallecer en un accidente de tránsito y se ocultan en una cueva en una montaña cercana.


Dicha cueva queda cerca del famoso Cabo Cañaveral en Florida, lugar que desde 1950 es empleado por la NASA para el lanzamiento de cohetes, y le sirve perfectamente a estos invasores como punto de observación y ataque al momento de derribar cualquier cohete a los pocos segundos de despegar. El armamento que emplea Hauron (Jason Johnson) no luce nada mal si tenemos en cuenta que se trata de una película de bajo presupuesto.

Tecnología alienígena que no puede ser rastreada por los científicos locales

La única pista que tienen los militares y los científicos es un brazo recuperado por un guardia luego de que uno de los perros se lo arrancara de cuajo a un sospechoso que merodeaba la zona. Lo del brazo vendría a ser la nota cómica de The Cape Canaveral Monsters, puesto que Hauron vuelve a perderlo al poco tiempo de que Nadja (Katherine Victor) se lo hubiera cosido tras recogerlo del accidente automovilístico en el que obtuvieron sus cuerpos.

27.5.13

Cannibal Girls (1973)

Publicado por Marcel |

Así como en la anterior reseña nos despedimos anunciando el venidero DVD de Wonder Women, hoy proseguimos las reseñas del mes con una película del mismo año que ya fue restaurada como se merece y se encuentra disponible en DVD. Se trata de Cannibal Girls de Ivan Reitman, apenas el segundo largometraje para el hombre que posteriormente se encargaría de dirigir películas como Meatballs, Stripes o Ghostbusters. Aquí se desempeña además como productor y guionista, por lo que es sin lugar a dudas el padre de la criatura.


La mayor curiosidad con esta película es la que anuncian en su poster: la presencia de una señal de alarma que suena justo antes de las escenas violentas para que el espectador sensible tenga tiempo de taparse los ojos y no ver nada sangriento; en el momento que todo regresa a la normalidad se oye un timbre para avisarle que ya puede seguir viendo. Lamentablemente para nuestras preferencias, el gore es mínimo y solo se ve al asesino blandiendo un arma y posteriormente la víctima cubierta de sangre. De todas maneras, para aquellos a quienes le moleste el sonido de advertencia, el DVD incluye una segunda pista de audio sin él.


Pero el timbre y el nombre de Ivan Reitman no son los únicos aspectos dignos de mención en Cannibal Girls. El hombre en la pareja de novios que llega a Farnhamville a pasar unos días de descanso es nada más y nada menos que Eugene Levy, el señor Levenstein y padre del protagonista en American Pie. Debo admitir que de no haber visto su nombre no lo habría reconocido jamás.

20.5.13

Wonder Women (1973)

Publicado por Marcel |

Damos inicio a la semana con una coproducción filipino-estadounidense de los años 70 que combina varios de los elementos característicos del mejor cine B. Tenemos a una científica loca con planes imposibles ayudada por un batallón de mujeres lindas y sexys con las que hará frente a un galanazo sobreactuado que busca detenerla a como dé lugar.


La científica que les menciono es la eminente doctora Tsu (Nancy Kwan). Una mujer de un gran genio que opera en una remota isla y que ha hecho posibles —y de una forma relativamente sencilla— los trasplantes de cerebro y cualquier otro órgano; lo que en consecuencia hace que sus clientes sean personas adineradas pero muy enfermas o de avanzada edad, que buscan en ella la posibilidad de iniciar una nueva vida con salud y juventud.

La mente criminal que da vida a esta película.

Para llevar a cabos sus trasplantes  la doctora Tsu requiere de materia viva, nada de andar por ahí profanando tumbas o robando morgues como algunos de sus predecesores, ella requiere material de primerísima calidad y por ello envía a sus guerreras a secuestrar deportistas de primer nivel.


Quizás lo más llamativo de esta película sea la presencia de Sid Haig, el hombre encargado de dar vida al Capitán Spaulding en varias películas de Rob Zombie. En Wonder Women lo vemos muy a gusto atendiendo asuntos burocráticos varios y sirviendo a los chanchullos de la Dra. Tsu.


En la escena a la que corresponde la imagen anterior, Gregorius (Haig) le informa a la doctora de un problema que ha surgido con uno de los atletas raptados, un jugador profesional de jai alai por el cual la aseguradora Lloyd's de Londres tendría que pagar una indemnización de 500 mil dólares en caso de no aparecer, así que han contratado los servicios de Mike Harber para dar con su paradero.


A pocas semanas de su muerte, el día de hoy pondremos fin a una grave omisión en la que habíamos incurrido en este blog y reseñaremos nuestra primera película de Jesús Franco. En este caso será La tumba de los muertos vivientes en su versión española, puesto que simultáneamente se rodó una versión en francés siguiendo la misma trama pero con algunos actores diferentes.


La acción transcurre en un país del norte de África (presumiblemente Egipto, si bien nunca llegan a mencionarlo y la película fue filmada en las Islas Canarias). Allí en 1943, en pleno auge de la Segunda Guerra Mundial, ocurrió una sangrienta batalla entre el llamado "Comando de la muerte" y las tropas inglesas, en donde solamente sobrevivió el Capitán Herbert Blabert (Javier Maiza), descubierto moribundo en el desierto y atendido por el jeque Mohamed Al-Kafir (Antonio Mayans) y su hija Aisha (Doris Regina).

El Capitán Herbert Blabert en acción, defendiendo los intereses de la Corona británica. Además, una peculiar forma de disparar un arma.

Al momento de ser emboscado en el oasis de Duar Al Mushur por las tropas inglesas, el Comando de la muerte transportaba un preciado cargamento bajo órdenes del mismísimo Mariscal Erwin Rommel, desde entonces nadie ha podido visitar el sitio y salir con vida, sirviendo eso para alimentar la leyenda local que indica que los espíritus de los soldados alemanes todavía moran el lugar y defienden los cofres a como dé lugar.


Eso no impide que el Coronel Kurt Meitzell (Eduardo Fajardo) llegue al país en compañía de su mujer de turno (Lina Romay) y busque engatusar al capitán Blabert para que olvide las rencillas del pasado y le ayude a encontrar el tesoro, bajo la promesa de compartir con él a partes iguales los lingotes de oro, que ascienden a un valor de 20 millones de libras esterlinas.


Lo que sigue es la expedición de Kurt y su mujer al oasis, con trágico desenlace para sorpresa de nadie, pero al menos es una secuencia que sirve para ver a Lina Romay topless.


Por su parte en Inglaterra se encuentra el hijo del Capitán Blabert, Robert Blabert (Manuel Gélin), quien recibe un telegrama con la noticia del fallecimiento de su padre y, en lugar de atravesar un duelo por la pérdida de su progenitor, decide organizar una excursión a África para apoderarse del famoso tesoro nazi.

Aprovechamos el Día del Trabajador para dedicarnos al blog y traerles la reseña de una no tan conocida película del gran Bela Lugosi: The Ape Man, una de las 9 películas que hizo para los estudios Monogram.


Tratándose de una producción de apenas 1 hora de duración, no hay lugar para preámbulos y la acción inicia desde el primer momento con el anuncio de la misteriosa desaparición del Dr. James Brewster (Lugosi) y la versión oficial dada por su colega, el Dr. George Randall (Henry Hall), es que podría estar sufriendo amnesia y no recuerda cómo volver a su hogar.


Todo eso ocurre en un embarcadero mientras Randall espera a Agatha (Minerva Urecal), una famosa espiritista y hermana del doctor Brewster, para llevarla a la residencia de su hermano. Allí le muestra la verdadera suerte que ha corrido su hermano, encerrado en una jaula y convertido en una criatura mitad hombre - mitad mono como consecuencia de un fallido experimento en el que quiso usarse a sí mismo como conejillo de Indias.


Brewster no puede soportar seguir viviendo como el ser en que se ha convertido y presiona a Randall para que le consiga líquido cerebroespinal humano, que vendría a ser una suerte de antídoto para revertir el proceso que sufrió. Ante las negativas de Randall para ayudarlo y continuar involucrándose en el caso, Brewster decide robar él mismo el fluido y obligar a su colega para que se lo inyecte. Este detalle del líquido cerebroespinal me recordó a The Ape, otro largometraje de Monogram Pictures estrenado unos años antes con Boris Karloff en el rol del simiesco protagonista.

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