La segunda reseña del año corresponde a una película japonesa que tiene el dudoso honor de estar en la lista de IMDb de las 100 películas con menor puntaje, actualmente en el puesto 41 con 1,9/10.
Esta cinta de ciencia ficción comparte algunos elementos con la contemporánea Plan 9 From Outer Space: una trama que incluye a unos invasores extraterrestres que por distintas razones han designado a nuestro planeta como su principal objetivo de conquista y nulos valores de producción. Como ejemplo de eso último puedo mencionarles que no hicieron el menor intento por darle algo de naturalidad a las narices de los extraterrestres, por lo que simplemente lucen como japoneses urgidos por una rinoplastia.
O algo todavía más alarmante, vean la siguiente imagen, noten la mujer vestida de blanco. No corresponde a ningún personaje de la historia, imagino que sería alguien del equipo de producción retirando lo que allí se encontraba para proseguir con la filmación.
Y ya que nos estamos burlando, el monstruo guardián del planeta de los invasores parece que vino de nacimiento con un visible cierre en la parte posterior de su cuerpo:
Pero apartando esos problemas propios del cine de bajo presupuesto, la película no es mala, por el contrario es sumamente entretenida y sus 85 minutos transcurren rápidamente (aunque según IMDb la versión original duraba 2 horas). Por lo visto todos esos errores de producción junto a un espantoso doblaje al inglés han pesado mucho en los votantes a la hora de valorar a Yûsei ôji, título original de Prince of Space en la tierra del Sol naciente.
La historia da inicio con una transmisión extraterrestre que interviene la señal de todos los televisores de Japón (y del mundo supongo). En ella vemos a Phantom, sátrapa de un lejano planeta rocoso conocido bajo el nombre de Krankor, quien le anuncia a todo el planeta Tierra su intención de tomar el control ya sea por las buenas o por las malas y que su llegada es inminente.
La pregunta del millón: ¿Quién está filmando a la nave si es una transmisión generada desde adentro?
Al día siguiente, un científico especula con que ese viajero proveniente de Krankor pudiera estar en búsqueda de un nuevo combustible para cohetes que él ha desarrollado. Naturalmente, uno de los periodistas presentes le pregunta por qué una avanzada civilización extraterrestre pudiera estar interesada en algo de nuestra tecnología cuando era evidente que dominaban perfectamente el tema de los viajes interplanetarios. A lo que con seguridad responde que si bien son más avanzados en muchas áreas, la industria energética de Krankor se halla por detrás de la nuestra.
Hablando de tecnología de punta: un periscopio que también sirve como arma.
Pero cuando pareciera que no hay esperanzas para nuestro planeta y que finalmente las fuerzas del mal lograrán salirse con la suya, surge un misterioso héroe enmascarado, la única figura capaz de hacer frente a Phantom y su poderoso armamento.
A partir de ahí la historia es lo que cualquiera podría esperar de una producción de este estilo: el villano consigue robar la fórmula del combustible, un absurdo plan de dominación mundial, el héroe lo combate tanto en la Tierra como en el espacio, la sorpresa de descubrir su identidad secreta, etc. A lo mejor algo tonta o quizás orientada hacia una audiencia infantil, pero definitivamente entretenida, para muestra una escena:
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