Iré sin rodeos. Si están buscando la peor película de la historia, probablemente esta sea una de las aspirantes más fuertes a tal mención.
Lo que hace a esta película particularmente interesante y nefasta al mismo tiempo, es la historia que está detrás de su creación. De seguro muchos de ustedes, amantes del cine B y Z, conozcan la famosa trilogía de La Momia Azteca, rodada en México de la mano del director Rafael Portillo; y conformada por tres películas de baja calidad pero entretenidas para el espectador, contando incluso con varias escenas capaces de arrancarnos unas sonrisas.
Años más tarde, Jerry Warren decidió comprarle la primera película a Rafael Portillo. Pensarán ustedes que se limitaría a doblarla al inglés y distribuirla en el mercado estadounidense como apuntaría la lógica, pero Warren tenía planes más siniestros e hizo un Frankenstein cinematográfico con la indefensa cinta: intercaló metraje original con nuevo material filmado con actores estadounidenses de poca monta, siendo además bastante evidente que se tratan de filmaciones distintas, a pesar de que el blanco y negro suaviza las diferencias.
¿Cuál es la función del metraje adicional? Relatar la historia de la momia azteca, que ahora ha pasado a ser maya, al director de una revista o diario. Sí, esa es toda la película, 70 minutos que transcurren con personas hablando hasta el aburrimiento y que cada tanto dan paso a escenas de la película original, mal dobladas o con la voz del narrador por encima para explicar lo ocurrido.
Aun así, hay que verla para dar fe de que semejante bodrio existe.
1 comentarios :
Pues yo la vería. Si he visto dos de las pelis del ciclo de la momia azteca considero un deber moral ver a su prima mesoamericana :P
Lástima que en esta peli seguro no salga El Ángel xD
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