El mes de febrero comienza con Misterios de ultratumba, un largometraje de origen mexicano dirigido por Fernando Méndez basado en un guión de Ramón Obón.
La primera escena nos presenta al doctor Jacinto Aldama (Antonio Raxel) en su lecho de muerte y a su colega, el doctor Mazali (Rafael Bertrand), insistiéndole con vehemencia que honre el pacto que realizaron un año atrás. Tras el fallecimiento del doctor Almada, y asombrado por lo que acaba de presenciar, el doctor González (Luis Aragón) interpela a Mazali y este le explica que el pacto consistía en que el primero de los dos que muriera buscaría la forma de entrar en contacto con el otro para informarle si había o no manera para un vivo de echarle un vistazo a lo que hay después de la muerte y regresar.
Días después, los doctores Mazali y González en compañía de una médium (Carolina Barret) llevan a cabo una sesión de espiritismo para contactar con el espíritu de Aldama a fin de averiguar si ha descubierto una forma para que él pueda conocer el más allá y volver al mundo de los vivos. Almada le responde afirmativamente, pero le informa que tal aventura va ligada a un precio muy alto a pagar en caso de realizarla; no obstante, Mazali no quiere saber nada al respecto y solo le interesan los detalles respecto a cómo logrará hacer realidad su anhelo.
Las palabras de Aldama están cargadas de misterio y se limita a decirle que el próximo 15 de noviembre a las 9 de la noche, exactamente 3 meses a partir de ese momento, una puerta se cerrará y eso le abrirá las puertas de ultratumba. Asimismo, agregó que a partir de esa misma noche su existencia pasaría a verse afectada por una serie de sucesos que se irán encadenando hasta llevar su destino a donde él desea.
El espectro de Jacinto Aldama.
En la siguiente escena vemos a un joven en compañía de dos amigos disfrutar de un espectáculo de danza; una de las bailarinas pareciera reconocerlo y huye despavorida. Este joven le pregunta al administrador del lugar por la bailarina, de la que solo sabe que se llama Patricia (Mapita Cortés), pero por lo visto el terror que experimentó ella fue de tal magnitud que decidió renunciar y se marchó sin dejar ninguna dirección de contacto.
Cuando Patricia llega a su casa descubre que un hombre se encuentra allí y este le anuncia que es un mensajero enviado por su padre, el doctor Jacinto Aldama, que le ha encargado esa visita para cumplir con su última voluntad. El hombre le pide que busque el viejo relicario de su madre y abra el compartimiento secreto; en su interior Patricia encuentra una pequeña llave y el mensajero le indica que debe presentarse ante el doctor Mazali en el asilo de Las Mercedes a fin de reclamar su herencia como compensación por haberla abandonado cuando estaba muy pequeña.
Patricia, quien con tanto afán había intentado huir de todo aquella noche, llega al asilo de Las Mercedes y se topa con el mismo joven que disfrutaba de su espectáculo. Este caballero se presenta como el doctor Eduardo Jiménez (Gastón Santos) y también está recién llegado, en su caso a hacer prácticas bajo la tutela del doctor Mazali. Mientras esperan por él, descubren que ambos en los días pasados han estado soñando con el otro y se preguntan qué podrá haber detrás de esa extraña coincidencia.
La llave que porta Patricia sirve para abrir un cofre que pertenecía al doctor Aldama y en su interior encuentran muchas joyas y un cuchillo con una enigmática inscripción: Que el fuego del infierno consuma al que me use para mal. Este cuchillo más adelante probará ser una pieza fundamental en esta pequeña trama puesta en marcha por el fallecido doctor Aldama, pero en ese momento el protagonismo lo acapara Patricia al reconocer en un retrato de esa habitación al hombre que la visitó, el mismísimo Jacinto Aldama.
Lo que sigue es una serie de eventos destinados a guiar el destino de Mazali tal y como le había sido anunciado durante aquella sesión de espiritismo. Darles más detalles sería revelarles puntos importantes de la historia, pero sí puedo decirles que en efecto Jacinto Aldama cumple con su palabra y el 15 de noviembre a las 9 de la noche se cierra la puerta que permitirá que Mazali visite el más allá, como también es incuestionable la severidad del precio a pagar por ese atrevimiento.
Misterios de ultratumba es una excelente película mexicana recomendada a todos los amantes del género, además que el hecho de desarrollarse en un hospital psiquiátrico de la época le confiere al conjunto un aspecto más espeluznante. Como pequeña curiosidad, según IMDb, la versión en inglés de esta película, titulada The Black Pit of Dr. M, se considera perdida.
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