El día de hoy toca hablar una vez más de cine mexicano y, como suele ser habitual en este blog, una vez más los protagonistas de esta película alternan el cuadrilátero con peligrosas aventuras. Se trata de Leyendas macabras de la Colonia, de Arturo Martínez, en la que reúne a Mil Máscaras, Tinieblas y El Fantasma Blanco en un viaje en el tiempo en el que tendrán que enfrentarse a una poderosa bruja durante la época de la inquisición española en México.
Tinieblas se dirige a una tienda de antigüedades con el fin de adquirir una pintura para adornar su casa y elige un cuadro que el propio vendedor le advierte que está embrujado. Sus dueños previos afirman que a la medianoche de una noche con luna llena las figuras del cuadro cobran vida y ocurren cosas extrañas. Nuestro intrépido luchador se burla de tan disparatado relato y más bien lo toma como un incentivo para llevárselo.
Al igual que en otras películas de luchadores, lo siguiente es una larga secuencia en el ring con un combate por parejas en el que se enfrentan Mil Máscaras y Tinieblas contra una pareja de obesos retadores. La muchedumbre eufórica celebra el triunfo de los favoritos y ellos por su parte se retiran al apartamento de Tinieblas para festejar junto al Fantasma Blanco y dos lindas señoritas.
Da la casualidad que esa noche de pelea es además una noche de luna llena y la reunión se prolonga hasta la medianoche, momento exacto en el que empieza a emanar una especie de humo o neblina desde el cuadro y cuando se disipa descubren que se hallan en otro lugar. Nuestros habilidosos e inteligentes luchadores rápidamente determinan que se encuentran a comienzos del siglo XVI y que el cuadro tiene que haber sido el responsable de ese viaje en el tiempo.
Si en el presente unos grandulones enmascarados no pasan desapercibidos imagínense ustedes la impresión que causan entre los habitantes de la colonia. No ayuda que apenas al llegar al pueblo dobleguen a un grupo de soldados españoles que pretendía detener a una mujer a la que acusaban de brujería. Algo que posteriormente demuestra ser una torpeza porque la mujer en efecto resulta ser una poderosa bruja y tendrán que hacerle frente si desean volver al año 1973.
La bruja en cuestión es doña Luisa (Lorena Velázquez), una mestiza que algunas reseñas mencionan como hija de Hernán Cortés y la Malinche, pero eso en ningún momento es mencionado en la película y representaría un anacronismo considerando la época en la que se encuentran. Pero más allá de cuál sea la identidad de su madre, lo que importa es que fue ejecutada por la Santa Inquisición, sin embargo, gracias a sus pactos con Satanás en cada plenilunio revive durante unas horas. ¿Y qué creen? El punto del pasado al que viajaron nuestros héroes también es un día de luna llena.
Tras ese desarrollo de los acontecimientos y ante un inminente enfrentamiento entre las fuerzas del bien y el mal, los luchadores optan por centrar sus esfuerzos en buscar una forma de huir del pasado y concluyen que la solución pasa por encontrar la infame pintura responsable de su viaje temporal y destruirla. ¿Me creen si les digo que el cuadro se encuentra ahí mismo en la mansión de doña Luisa? El problema será llegar a él cuando tienen por delante a Luisa, su madre y un batallón de aguerridos aztecas que las protegen.
Entre tantos elementos que encontramos en Leyendas macabras de la Colonia debo mencionar también la presencia de un narrador en la figura del famoso Monje Loco, con su característica risa y su aspecto repulsivo.
Una producción bastante entretenida que debería ser vista por cualquier aficionado a las películas de luchadores. Tiene una duración de apenas 80 minutos y aproximadamente 25 de ellos están dedicados a la lucha libre. Si lo desean pueden verla en su totalidad en YouTube.
Tráiler:
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