Finalmente está aquí Los Super Bonaerenses, uno de los estrenos más esperados del 2014, la más reciente producción de Gorevision que tras un éxito rotundo con sus dos funciones en el festival Buenos Aires Rojo Sangre tenemos la oportunidad de reseñarla gracias a que su director, Germán Magariños, nos ha hecho llegar una copia.
Orella (Vic Cicuta) y Cayalot (Paul Divano) son los Super Bonaerenses, un par de policías decididos a llegar hasta las últimas consecuencias para desmontar una red de narcotráfico que dirige Julio César Cerezo alias "Alitas" (Ramón Caribe) desde el edificio Rodríguez. No obstante, sus inicios como compañeros están lejos de haber sido idílicos. Antonio Cayalot es un oficial con problemas de bebida y otros vicios que contrastan de lleno con la rectitud que transmite Orella, oficial que desde hace años trabaja en la comisaría a la que Cayalot acaba de ser transferido.
Tony Cayalot, pura clase de principio a fin.
Orella de paso no termina de recuperarse de la muerte de su anterior compañero, acontecimiento que le ha dejado un ridículo tic que le hace tirar besitos cuando se pone nervioso.
Es ese turbio comportamiento de Cayalot el que los conduce al edificio Rodríguez, el centro de operaciones de Alitas. Cayalot se presenta con la maleta que birló en la fallida redada a Puntini (Pablo Marini), quién sabe con qué oscuras intenciones, y Orella lo sigue sigilosamente con la intención de confirmar la deshonestidad de su nuevo compañero. Aunque ese plan inicial no tarda en quedar en segundo plano cuando descubren que Alitas ha ordenado cerrar todos los accesos al edificio tras descubrir que dos policías han ingresado a sus dominios.
Nadie puede traicionar a Alitas y vivir para contarlo.
A partir de ahí nuestros dos héroes se ven inmersos en un submundo plagado de "faloperos, zurdos, homosexuales y pedófilos deformes" en una carrera contra el tiempo por encontrar una salida antes de que Alitas y las hordas comandadas por su mano derecha, Avellana (Julieta Grimaldo), los encuentren a ellos.
La única opción que les queda según el soplo que les da el informante Cuckold (Hernán Panessi) pareciera ser la de encontrar a Kane (Amanda Nara), enemigo de Alitas que busca venganza por todo el daño que le causó años atrás. Pero si el narco no ha podido encontrarlo la tarea tampoco resultará sencilla para estos desubicados polizontes.
Habiendo visto varias películas de Gorevision me atrevo a describir a los Super Bonaerenses como más cinematográfica que sus predecesoras. Cuenta con una presentación muy lograda que nada tiene que envidiarle a largometrajes modernos que han dispuesto de un mayor presupuesto para su realización pero al mismo tiempo sin apartarse del espíritu de este estudio.
Por otra parte, en el apartado actoral destacan Cicuta y Divano mostrando una excelente química al interpretar a esta pareja de policías. Tal vez sea consecuencia inevitable de todas las veces que han trabajado juntos pero a la hora de patear traseros los sentí con una dinámica comparable a la de John Travolta y Samuel L. Jackson en Pulp Fiction. Si hasta tienen una maleta que resplandece al ser abierta, pero no, aquí tampoco se encuentran los diamantes de Reservoir Dogs.
El del medio además luce como una versión con verrugas de Quentin Tarantino.
Tampoco podemos dejar a un lado a Ramón Caribe y su Alitas, un villano "loco de poder" a la altura de su anterior interpretación de Heller en Goretech. O la debutante Julieta Grimaldo interpretando a la no tan fiel esbirro de este criminal adicto a las manzanas.
Como buena película perteneciente al universo Gorevision la historia cuenta con muchos elementos en apariencia sin importancia pero que al final son los que contribuyen a darle la esencia característica de los trabajos de Germán Magariños. Por ejemplo tenemos un One-Eyed Monster como el de Ron Jeremy:
Un científico loco descendiente de Josef Mengele y su fiel pero lerdo asistente Igor:
Quienes crean un cyborg invencible que ayudará a Alitas en su plan de distribuir drogas por todo el mundo:
También hay un siniestro muñeco que parece sacado de algún trabajo de animación de Europa del Este y que forma parte de una de las mejores escenas de la película, nos reímos a carcajadas y tuvimos que repetirla varias veces.
Explosiones:
Y un bebé cocainómano del que sospechan que dio el chivatazo a la policía:
Si ya en Sadomaster Locura General habíamos visto algunas mamacitas, en Los Super Bonaerenses Magariños tiró la casa por la ventana con algunas bellezas como Julieta Grimaldo, Victoria Rivero Ortiz o Marina Trebol (sepan disculparme las chicas de las que no conozco su nombre). A ver si nos revela cuál es su secreto. ¡Si hasta contó con una participación de Karen La Vikinga!
Nada mejor para levantar el ánimo que un baile erótico con sangre y partes de un cadáver.
Pero tranquilos, el presupuesto no fue derrochado de forma irresponsable, también se mantiene uno de los aspectos emblemáticos de estas producciones: penes de goma.
Y, por supuesto, gore y violencia:
Por último, ya que he hecho mención a Tarantino, me parece que en esta escena hay un cameo del director:
Tráiler:
Miren todo lo que me extendí y ni siquiera les conté qué ocurría al entrar Kane en escena ni qué suerte le depara el destino a los antisociales Alitas y Avellana. Tendrán que ver la película y descubrirlo.
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