Películas B

Dentro de su amplia carrera cinematográfica, Bela Lugosi vivió sus mejores años cuando formó parte de la nómina de Universal Pictures. Fue para esa empresa que en 1939 protagonizó una miniserie titulada The Phantom Creeps, encarnando, como muchas otras veces, a un brillante y desequilibrado científico, el antihéroe por excelencia dentro de este género.

Diez años más tarde, esta miniserie de 12 episodios fue editada severamente y convertida en una película para televisión bajo el mismo nombre. Yo no he tenido la oportunidad de ver la obra original, pero hoy hablaremos de esa versión de 78 minutos realizada para la televisión.

El Dr. Alex Zorka (Bela Lugosi) es un científico adelantado a su tiempo, en palabras de él mismo "el genio más grande de la humanidad" y trabaja incansablemente para convertirse en "el amo del universo". Ambición que por trillada no deja de ser noble. Sin embargo, uno de sus colegas, el doctor Fred Mallory, descubre la clase de trabajos que está realizando Zorka y lo invita a volver al buen camino, ante la negativa de este, decide informar inmediatamente a las autoridades y le asignan el caso a dos agentes federales.


Enterado de la situación, el doctor Zorka decide emplear una de sus invenciones (el disco magnético junto a la araña que libera gas) para derribar el avión en el que se trasladarán los dos agentes, con la esperanza de que tras su muerte la investigación sea archivada. Pero con lo que no contaba Zorka es que en ese avión estaría también su esposa, quien es finalmente la que fallece en el accidente y no los agentes.

Tras ese acontecimiento el doctor Zorka rompe definitivamente relaciones con la humanidad y la considera en pleno responsable de su desgracia. La ocasión es propicia para desatar toda su ira, puesto que mientras ocurría el accidente de avión que había planificado, también fingió su muerte valiéndose del cadáver de un autoestopista, obteniendo así cierto margen para obrar con total impunidad.


Lo mejor de esta película son las invenciones que muestra. Empezando con un robot gigante con aspecto de tótem indio y que es manejado por el doctor Zorka a través de un control remoto. Ni qué decir de sus grandes descubrimientos, como el que le confiere la habilidad de ser invisible por el tiempo que desee o aquel que le permite poner a sus enemigos en un estado de animación suspendida. Además tiene una pistola de rayos Z, la cual sirve para atontar gente y romper cerraduras.


Sin embargo, entre las autoridades y Mallory siempre consiguen contrarrestar todas las triquiñuelas del doctor Alex Zorka, y poco a poco consiguen cerrar el cerco sobre su persona y su inepto ayudante, el no tan fiel Monk. El doctor Zorka no tiene que cuidarse únicamente de esos tres personajes, también están tras su pista unos espías de país desconocido que operan desde el Centro de Idiomas y una periodista entrometida interpretada por Dorothy Arnold.


El dato curioso de esta película lo encontraremos en la reutilización de metraje proveniente de otra producción de Universal. Cuando en The Phantom Creeps Zorka relata cómo encontró el anhelado fragmento de meteorito acompañado solo por aborígenes del lugar, la escena que vemos fue tomada de The Invisible Ray, gran película en donde Lugosi compartió el protagonismo junto a Boris Karloff. También sobre el final tenemos la oportunidad de ver al doctor Zorka destruir al Hindenburg, para que luego la gente vaya por allí diciendo que se trató de un accidente.


Trailer: