El día de hoy reseñaremos nuestra primera película de Nick Millard, famoso principalmente por ser el director y guionista de Criminally Insane, película que comparte DVD con su secuela, Criminally Insane 2, y con Satan's Black Wedding, que es la película de la que hablaremos a continuación y en la cual Millard aparece bajo el seudónimo de Philip Miller.
Que sea una producción de bajo presupuesto no impide que su creador se permita una referencia culta y Satan's Black Wedding da inicio mostrando los créditos sobre imágenes de las Pinturas negras de Goya. Acto seguido conocemos a Nina Gray (Lisa Milano), quien tal vez poseída por una fuerza superior decide acabar con su vida cortándose las venas. La pobrecita hace un desastre dejando todo lleno de sangre, pero finalmente lo consigue y logra reunirse en la oscuridad con el príncipe del averno.
A ese pueblo ubicado al norte de California llega su hermano Mark Gray (Greg Braddock), un actor de Hollywood que por culpa de sus obligaciones profesionales no había mantenido contacto con su hermana durante los dos últimos años. A pesar de ello le sorprende que ella se haya suicidado y decide quedarse en el lugar con el objetivo de averiguar cualquier cosa que se le haya podido pasar por alto a la policía. No contribuye en lo absoluto a la confianza que pueda depositar en los investigadores que Mark consiga en el piso el dedo mutilado de su hermana cuando supuestamente ya habían levantado la escena del crimen.
Le aseguro que los muchachos dejaron todo bien limpio. Aquí tiene la factura.
Con una duración de apenas 1 hora si algo podemos agradecerle a Millard es que no se anda con rodeos. Nina vuelve de la muerte convertida en vampiresa y recibe instrucciones de acabar con la vida de todos sus familiares para sellar el pacto y complacer al Maligno. La situación se convierte en un baño de sangre porque estos son los vampiros más desprolijos que haya visto en todos mis años de ver películas del género.
¿Recuerdan esos dientes de vampiros con los que jugábamos en nuestra infancia? Nick Millard también.
Irónicamente el que está detrás de todo es el sacerdote del pueblo, el padre Daken (Ray Myles), quien nada más con su cara levanta sospechas desde el primer instante que entra en escena. Para el beneficio de la audiencia, en un momento le relata a Mark la historia que encierra esa cripta que tanto fascinaba a su hermana y le explica que allí 150 años atrás el mismísimo Satanás se le apareció a un grupo de monjas que se encontraba orando y a partir de entonces renunciaron a su vieja fe y pasaron a adorar al Diablo.
Por supuesto que también hay tiempo para una boda negra, de lo contrario el título de la película no tendría sentido. El padre Daken le anuncia a la feliz pareja que el fruto de su unión dará a un hijo deforme pero que dominará el mundo, y que al tratarse de una unión tan especial, la misa será oficiada por el mismísimo Lucifer; de quien solamente logramos ver un ojo, pero que por lo visto Millard optó por representarlo como un reptil. ¿Una serpiente quizás?
No les voy a mentir, Satan's Black Wedding tiene malas actuaciones, peor dirección y una edición penosa, pero al mismo tiempo presenta ese encanto con el que cuentan muchas películas de bajo presupuesto que hace que sienta que valió la pena verla, además que la banda sonora es muy efectiva a la hora de crear esa atmósfera lúgubre que acompaña a este largometraje. Asimismo, el DVD cuenta con una calidad de imagen y audio muy buena para lo que suele ser la norma en estas películas rodadas con escasos recursos e incluye una segunda pista de audio con un comentario del director.
Esta vez no cerraré la reseña con el tráiler sino con una escena que captura de maravilla lo que Satan's Black Wedding tiene para ofrecer. ¿Han visto alguna vez un ataque de vampiros más incompetente que este?
Si les apetece verla, la película se encuentra disponible en su totalidad en YouTube: youtu.be/mE5FDgnWV4o.
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