En pleno auge del género slasher, un abogado llamado Buddy Cooper decidió probar suerte y rodar una película durante el año 1983, la cual fue estrenada inicialmente bajo el título de Fall Break pero después fue rebautizada como The Mutilator al momento de ser distribuida en video.
Buddy Cooper no solo fue el director de la que sería su única incursión cinematográfica, sino que además se encargó de escribir el guión, producirla y tener un cameo en ella. En la aventura lo acompañaría un grupo de actores inexpertos que en su mayoría no volvió a particupar en ninguna otra película. Una receta que parecía tener todo listo para generar una nueva Manos, pero por lo visto este abogado sabía algo más de cine que Harold P. Warren y el producto final tiene un aspecto más profesional.
Unos diez años más tarde Ed ya ha alcanzado la mayoría de edad y está asistiendo a la universidad, si bien para el momento en que ocurre la historia está disfrutando junto a sus amigos de unas breves vacaciones otoñales. De ahí el título inicial de la película, tal vez tratando de usar un nombre que pudiera asociarse con producciones famosas como Halloween o My Bloody Valentine. En particular en esta escena es donde más se nota el amateurismo de los participantes por la poca naturalidad de sus diálogos; aunque por supuesto algo de culpa recae también sobre el guión que los hace pronunciar esas líneas que se sienten algo forzadas a la hora de explicar el pasado del protagonista.
Mientras Ed (Matt Mitler) y sus amigos se lamentan por lo aburridas que están siendo sus vacaciones, este recibe una llamada telefónica de su padre, con el que da a entender que nunca volvió a tener una buena relación desde aquel fatídico día, quien le pide que vaya a su chalet de la playa a encargarse de prepararlo todo para el invierno, ya que él no puede hacerlo porque está enfermo. En un primer momento Ed se niega a ayudarlo, pero sus amigos lo ven como la oportunidad de pasar unos días en la playa y hacer algo diferente, por lo que al final accede. Después de esta larga doble escena de apertura que se extiende por 10 minutos, aparecen los créditos y con ellos una canción tan alegre que hace pensar más en alguna comedia típica de esos años que en las inminentes muertes de estos personajes. La canción se titula Fall Break y es interpretada por Peter Yellen and The Breakers (uno de los miembros del grupo es... Buddy Cooper).
Una vez en el lugar se encuentran con que la casa está abierta y en ella hay las que parecieran ser las secuelas de una fiesta donde hubo grandes cantidades de alcohol. Sus amigos opinan que tal vez unos vándalos se metieron en la propiedad aprovechando que estaba desocupada y su novia (Ruth Martinez) le insiste que debería reportarlo a las autoridades, sin embargo Ed no le da importancia y les asegura que todo ese desorden debió ser obra de su papá y sus amigos borrachines. Durante el recorrido en el que le muestra a sus compañeros todas la colección de armas y trofeos de su padre nota que falta el hacha de guerra, pero del mismo modo concluye que debió llevársela su padre y no vale la pena denunciar su pérdida. Qué sería de este género si los personajes no tomaran malas decisiones, ¿eh?
Pobre Sue, no se imagina lo que le espera.
Ya que hablamos de malas decisiones, después de instalarse en sus respectivas habitaciones, la pareja conformada por Mike (Morey Lampley) y Linda (Frances Raines) se separa del resto del grupo para visitar la piscina y ahí son alcanzados por el asesino. La primera muerte da pie a una de las grandes incongruencias de The Mutilator. Mientras Linda disfruta del agua, es halada hacia abajo por dos manos el tiempo suficiente para ahogarla, luego el asesino sale de la piscina con el cuerpo a cuestas, regresa para robarse la ropa y en ningún momento Mike nota lo que está pasando. Solo sale del agua porque cree que Linda le está jugando una broma al haberle escondido su ropa. Por ser tan despistado no le auguro una larga vida.
A partir de ahí lo que sigue es lo que puede esperarse de otras películas del género. Cuando al cabo de unas horas los demás notan que Mike y Linda no han vuelto, Sue (Connie Rogers) le pide a su novio Ralph (Bill Hitchcock) que vaya a buscarlos. Solo y en medio de la oscuridad resulta pan comido para nuestro asesino.
Después de un rato Sue se preocupa por la ausencia de Ralph y le sigue los pasos. Esta escena en concreto hace que la edición británica del DVD sea algunos segundos más corta que la edición alemana porque decidieron suprimir la sangrienta escena en la que el asesino atraviesa con un gran anzuelo las partes íntimas de Sue.
Una imagen no le hace justicia a la escena, es necesario verla.
En este blog procuramos mantener los spoilers al mínimo en lo que respecta a los desenlaces de las historias, pero en esta ocasión no puedo terminar esta reseña sin comentarles algo muy específico al respecto. Así que si prefieren no enterarse hasta haber visto The Mutilator, salten ahora mismo al próximo párrafo. Como les decía, tras toda la angustia y el sufrimiento padecidos, los sobrevivientes logran poner en marcha el auto y aplastan contra una pared al asesino, cayendo su cuerpo al suelo partido en dos, separado el tronco de las piernas, tripas por todas partes. Finalmente llegan las autoridades y un policía se acerca a examinar el cuerpo; a pesar de su estado el asesino le da un hachazo desde el piso y le corta una pierna en medio de sonoras carcajadas. Algo verdaderamente increíble.
Otro punto digno de mención entre los elementos absurdos o resaltantes de The Mutilator es la escena en la que Ed le muestra a sus amigos los trofeos de caza de su padre y a estos les llama la atención la fotografía enmarcada de un hombre ensangrentado. Ed con total naturalidad les explica que se trata de alguien que fue arrollado por la lancha de su padre. Un desafortunado accidente ¿no? Y debe tratarse de un malentendido que la exhiba de esa forma junto a sus trofeos. En cuanto a la identidad de la víctima, este es el cameo del director Buddy Cooper.
The Mutilator es una película imperfecta que a pesar de todos sus defectos resulta exitosa en su propuesta. En lo particular el gore está muy bien hecho, además de las escenas ya mencionadas, destacan la decapitación de un policía y la mano quemada con un encendedor de cigarrillos para autos. Esto puede explicarse fácilmente porque Buddy Cooper logró contratar para el departamento de maquillaje y efectos especiales a Mark Shostrom (Forbidden World, Videodrome, Evil Dead II, entre otras) y Anthony Showe (Chopping Mall, The Offspring).
Todo amante del subgénero slasher debería darle una oportunidad, en especial ahora que se encuentra disponible en Blu-ray desde febrero del presente año gracias a Arrow Video y que además hay subtítulos en español gracias a los buenos samaritanos de internet.
Tráiler:
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