El día de hoy le traemos a los lectores de este blog una poco conocida comedia de terror que en mi opinión merece llegar a una audiencia mayor. No porque sea buena, sino precisamente por lo opuesto, estamos ante una digna sucesora de la obra de Ed Wood y debería tener una fama comparable a la de Manos: The Hands of Fate.
La historia nos presenta a un personaje llamado Bestoink Dooley, quien oye en las noticias acerca de un sitio llamado Blood Mountain, en donde ocurren misteriosos asesinatos atribuidos por los lugareños a la acción de un monstruo infernal. Dooley, quien tanto en aspecto como en comportamiento me recordó a François Pignon de La cena de los idiotas, trabaja en un diario y le implora a su jefe que le permita ir al lugar de los hechos prometiéndole que hará el reportaje de su vida. Para quitárselo de encima, este accede finalmente, pero con la condición de que realice la investigación en su tiempo libre.
De los primeros 20 minutos de metraje más de la mitad se consumen viendo al protagonista prepararse para dormir, servirse leche, comer unas galletitas y leer un libro; luego vemos un intrascendente sueño que tiene esa noche y a la mañana siguiente toca ser testigos presenciales de sus ejercicios de estiramiento. En ese punto me fue imposible evitar preguntarme si Massey Cramer (el director) era un genio, si se estaba burlando de los espectadores o si simplemente era completamente inepto. El resto de la película, junto al hecho de que este haya sido su único trabajo como director, pudo confirmarme lo último.
En el mundo de los sueños todo es perfecto para Bestoink Dooley.
En la montaña en cuestión se encuentra con un viejo conocido que trabaja allí como guardabosques. Este inmediatamente le presenta a un científico que se halla buscando oro y que considera que la leyenda en torno a la montaña es pura superchería de los habitantes del pueblo, junto a él conoce además a dos señoritas: su hija y la asistente del científico.
Ese que parece árbitro de fútbol americano es el científico.
Lo que resta de la película se va en absurdos primeros planos, actuaciones poco naturales y varios minutos de manejo en carretera, todo acompañado por un evidente doblaje con el audio agregado durante la edición del video. Si aguantan todo eso lograrán ver al temible monstruo, que no es más que una persona con un traje gris y una sencilla máscara.
Como muchas otras películas de la época, Legend of Blood Mountain no escapó al siniestro mundo de las reediciones. Tras un modesto estreno en el sureste estadounidense durante 1965, fragmentos de la película fueron empleados años más tarde para dar vida a Legend of McCullough's Mountain y a Blood Beast of Monster Mountain (esta última editada por Something Weird Video). La versión que llegó a mis manos fue la edición puesta a la venta por Camp Video a finales de los '80 bajo el título de Demon Hunter, la cual incluye exclusivamente el metraje original, pero con el lado negativo de tener 10 minutos menos. Desconozco qué se ha perdido exactamente, pero por ejemplo hay una escena en donde rescatan el cuerpo de una víctima y mencionan que lo lograron gracias a haber ahuyentado al monstruo con unos disparos, cuando nada de eso se ve en pantalla.
Poster de la edición de 1988.
Prosiguiendo con las curiosidades de esta cinta, no podía faltar una irrelevante fiesta al aire libre con baile incluido. Allí tiene una participación como extra Marianne Gordon, quien fuese la esposa de Kenny Rogers entre 1977 y 1993. Los responsables de comercializar la edición en video no perdieron la oportunidad de hacer notar ese detalle:
Y aquí el momento captura para la posteridad en mi copia:
Por último, algo extravagante relacionado con el aspecto económico de Legend of Blood Mountain. Aunque no encontré una fuente oficial para confirmarlo, dos comentarios y la información listada en IMDb indican que la producción de esta película costó 750 mil dólares y que tuvo una recaudación de 1,25 millones. Tras los 5 millones de dólares de After Last Season el costo no me sorprende en caso de ser cierto, pero no puedo creer que tanta gente pagara por ver las vicisitudes de Bestoink Dooley.
3 comentarios :
Una duda. ¿Decir que se invirtieron algo así como $ 750000 dólares no la haría "merecer" el título de serie B en vez de serie Z?
El desparche me puso a pensar, ¿qué pasa con el cine B colombiano? Aquí he leído sobre películas de varios países de América Latina (México, Brasil, Argentina), y fue por eso que se ocurrió buscar información sobre este elemento del subdesarrollo. Por esa razón, encontré esto:
http://www.ecbloguer.com/cinefagos/?p=2006
"No es que exista una lista definida de películas de culto colombianas, incluso hay otras que, en menor medida, también tienen con qué pertenecer al gremio, eso sí, con la requerida anuencia de un grupo de chalados cinéfilos. Candidatas hay muchas, empezando por lo que sería el cine de Serie B (películas de bajo presupuesto, lo cual condiciona sus valores artísticos y de producción), donde La gorra, El carnicero paraco y el cine de Adolfo X iniciarían la lista."
Ese blog tiene más información para que se diviertan. Y de paso las vean.
Muy interesante ese enlace Julián, a ver si consigo aunque sea una porque me dan mucha curiosidad. Acá en Venezuela nuestro cine se ha caracterizado principalmente por dramas sociales y películas históricas; ha habido sitio también para otros géneros, pero no mucho que catalogar como cine B. Ahora solamente recuerdo una película hecha para televisión llamada "La mano" que se encuentra disponible en YouTube: http://www.youtube.com/my_playlists?p=13F6E026CB23917D.
En cuanto a lo otro, cuando publiqué la reseña no le había puesto lo de cine Z por esa misma razón. Pero con la duda de si sería cierta la información del presupuesto y habiendo sido testigo de lo alucinante que es la película, la edité e incluí esa etiqueta. Si te interesa verla, está tanto en Vagos como en Taringa, pero no tiene subtítulos.
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