Vampire Vixens from Venus es una sexy comedia de mediados de los años 90 dirigida y producida por Ted A. Bohus cuya trama gira en torno a un trío de venusinos que llega a nuestro planeta en busca de cierta droga que se encuentra disponible en el cuerpo de los hombres terrícolas justo en el momento de mayor excitación sexual.
Estos visitantes de Venus tienen un aspecto bastante repulsivo, un tipo pícnico y baboso que mágicamente se transforma en el de una despampanante mujer terrícola al manipular los botones de su brazalete.
Mientras Omay (Leslie Glass) lidia con un brazalete defectuoso que le impide adoptar una forma apta para el planeta Tierra, Shirley (Theresa Lynn) y Arylai (J.J. North) consiguen rápidamente su primera víctima y al extraerle todo el líquido vital la dejan arrugada como una uva pasa.
El siguiente paso para nuestras chicas es encontrar un sitio que les sirva como centro de operaciones mientras recolectan la ansiada droga y para ello seducen a un trío de nerds que sucumben con facilidad a sus encantos.
Los cadáveres se le empiezan a acumular a los detectives Oakenshield (Leon Head) y Meov (John Knox), quienes no tienen la más remota explicación para el estado en que se encuentran los cuerpos de las víctimas. No obstante, logran hacer un avance significativo con la aparición de dos testigos que salieron indemnes del ataque de las vampiresas y logran establecer la ubicación de su guarida. Y ya que lo mencionamos, supongo que las llaman vampiresas porque succionan la vida de sus víctimas, pero esto no lo hacen valiéndose de sus colmillos sino empleando un dispositivo de alta tecnología alienígena en donde almacenan el anhelado elíxir.
Finalmente un representante de la patrulla intergaláctica sorprende a estas revoltosas venusinas y pone fin a sus fechorías en nuestro planeta. Esta autoridad espacial es toda una exhibición de la clase de animación computarizada que podías obtener por aquellos años con un presupuesto bastante limitado.
Los elementos de terror y ciencia ficción de la película no están del todo mal bajo estándares del cine de bajo presupuesto, el argumento puede que no sea demasiado original pero las protagonistas son de tan buen ver que lo hacen todo más entretenido. El punto débil de Vampire Vixens from Venus está en el lado de la comedia con algunos personajes contando chistes malos y una representación excesivamente torpe en el personaje del detective Oakenshield, muy al estilo de Leslie Nielsen en The Naked Gun, pero sin su calidad actoral ni su chispa, las líneas que le asigna el guión tampoco dan para tanto. Casi todas sus escenas me resultaron un suplicio.
A falta de tráiler despedimos la reseña con la escena en la que el forense examina a una de las víctimas:
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