Damos inicio a las reseñas del mes de octubre con la esperanza de que este mes resulte más prolífico que el anterior en cuanto a producciones geniales que pasen por mis manos. El día de hoy hablaremos de Cleopatra Wong (conocida también bajo el título extendido de They Call Her... Cleopatra Wong), una película cargada de acción y que fue una coproducción realizada entre Singapur y Filipinas y dirigida por Bobby A. Suarez.
La acción inicia con nuestra protagonista, Cleopatra Wong (Marrie Lee), en la cama disfrutando de las caricias de un hombre cuando es interrumpida por el repique del teléfono. Se trata de su jefe en Singapur, quien le avisa de una misión de vital importancia que requiere de su atención inmediata, algo casi tan terrible como el inicio de la Tercera Guerra Mundial (sus palabras, no las mías).
Cuando se reporta en el cuartel general en Manila, ciudad en donde estaba disfrutando de sus vacaciones, su jefe en Filipinas le da los detalles del caso: alguien está falsificando el papel moneda de varias repúblicas asiáticas y el resultado son billetes casi imposible de reconocerlos como falsos; algo que podría traer graves consecuencia a la economía de esos países. Por lo tanto, su misión consiste en viajar a Singapur y dar con estos falsificadores.
El plan de nuestra agente de la Interpol no destaca por su lógica, ya que consiste en comprar un artículo muy costoso en una joyería y pagarlo con los billetes que recibió de su jefe para así llamar la atención de los falsificadores. Uno pensaría que el objetivo de esta red de falsificación es precisamente que estos billetes entren en circulación masivamente, pero por supuesto que el plan de Cleopatra Wong funciona y estos bandidos la raptan para que ella les revele cómo hizo para obtener esos billetes.
Todo esto se extiende hasta casi los 30 minutos de película. Porque recuerden cómo son las reglas, aunque el malo tenga decenas de matones a su servicio los enfrentamientos deben darse de uno en uno para que el bueno tenga todas las posibilidades de salir indemne del combate.
La misión de Singapur le sirve para descubrir que este no era el grupo que controla la red de falsificación sino que debe seguir el rastro hacia Hong Kong. Allí, en uno de los puertos de esta antigua colonia, le es revelado que esta banda mueve los billetes falsos en cajas de mermelada de fresa que provienen desde Filipinas. Por lo tanto regresa a su país y finge ser una periodista realizando un reportaje sobre la siembra de las fresas, lo que le permite averiguar que toda la cosecha de fresas está siendo comprada por las monjas de un convento para elaborar mermelada con ellas.
Las monjas no permiten que tome fotos del lugar y mucho menos que ingrese al mismo, por lo que su labor de espionaje se ve dificultada. No obstante, con la ayuda de un helicóptero consigue tomar fotos del lugar y en una de las fotografías puede apreciarse que una de las religiosas porta un rifle. Con esa información en su poder el jefe de Cleopatra Wong opina que ya pueden solicitar una orden de registro, pero ella le presenta un plan más expedito que le permitirá obtener resultados inmediatos.
Resulta que esos astutos criminales se han adueñado del convento, teniendo prisioneras en el sótano a las verdaderas monjas mientras ellos con la indumentaria correspondiente simulan ser religiosos de esa congregación al tiempo que elaboran mermelada e imprimen papel moneda de Tailandia, Malasia, Indonesia, Singapur y Filipinas. El plan de Cleopatra Wong consiste en ingresar al convento en una operación comando junto a otros cuatro hombres, acabar por completo con la operación y liberar a las monjas. Todo esto nos ofrece una media hora final cargada de acción con peleas, disparos y explosiones.
De más está decirles que una producción de este estilo está lejos de ser perfecta. No podemos decir que la coherencia sea una de las cualidades del argumento. Ni qué decirles de los efectos de sonido durante las peleas, ya no solo por lo habitual en estas películas de acción donde los golpes se oyen en exceso, sino que hasta las cuchilladas se oyen como sonoras bofetadas. ¿Una situación de peligro en la que la protagonista está acorralada? No hay problema, simplemente tiene que brincar y eso le permitirá saltar un muro de varios metros de altura. Pero a pesar de ello es una película entretenida y se la recomendaría a todo aquel que disfrute con el género de acción sin mayores pretensiones.
Tráiler:
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