Películas B

Esta película inglesa de mediados de los '90 es una de tantas producciones que recurre a la fórmula de combinar comedia con terror. Considerando que usualmente con el cine B indistintamente del género uno termina riéndose, tal vez esa sea la estrategia más acertada a la hora de filmar.

Todo comienza con un juego de poker en donde Max Taylor derrota a Callum Chance y obtiene como premio una gran mansión de su propiedad. Una vez allí, en compañía de su familia, descubrirá de la peor manera posible que en la casa habita un siniestro bufón: el Funny Man.

El toque de comedia es el que evita que Funny Man sea vista como una cinta de slasher y la convierte en una divertida carnicería en donde el villano hace lo que le place. Por ejemplo, es bastante polifacético a la hora de despacharse a cada uno de los visitantes de la casa.

Como buena película B, también hay elementos inexplicablemente absurdos, como este personaje que luce idéntico a Vilma de Scooby Doo.

O este cerebro volador, con lentes y todo.

La película en sí no es nada del otro mundo, pero el personaje del FunnyMan es memorable.