Me llena de dicha cada vez que tengo la oportunidad de ver una de las películas que integran la lista de las 100 peores de IMDb, especialmente cuando se trata de clásicos de los años '50 y '60, como ocurriera recientemente con la publicación de la reseña de The Beast of Yucca Flats.
La premisa es la de siempre: una producción marcada por el infortunio, un presupuesto casi inexistente, un grupo de trabajo con una candidez que es inversamente proporcional a su talento, pobre fotografía, peor edición, etc.
Dicen los rumores que Vic Savage, padre de la criatura, contaba con un mejor monstruo pero que éste fue robado poco antes de iniciar la filmación. Es algo que pudiera creerme si el poco convincente monstruo fuese el único problema de The Creeping Terror, pero los despropósitos son tantos que sospecho que se trata de un rumor que echó a rodar el mismo Vic Savage intentando suavizar las críticas. Leyendo comentarios en inglés he visto que describen al monstruo como un simple montón de alfombra; yo por mi parte agregaría que en algunas escenas parece uno de esos dragones de los desfiles chinos, incluso se alcanzan a ver los pies de las personas que lo llevan.
Algo bueno tiene el monstruo, se mimetiza con el paisaje.
Eso que parece un poco de estopa es el monstruo. No es de extrañar que lo asocien con un montón de alfombra.
Como en la mayoría de las películas de la época en donde entra en juego el tema del visitante del espacio exterior, la historia empieza con el descubrimiento de una nave no identificada que se ha estrellado en nuestro planeta. Al lugar de los hechos se presenta el sheriff del pueblo acompañado por una pareja de recién casados. Allí el sheriff identifica el sombrero de un amigo y decide meterse por debajo de la nave para investigar, acto seguido se oyen gritos y algunos disparos, segundos después ya no hay sheriff. Con una inexpresividad sólo al alcance de los mejores actores aficionados, la joven pareja prácticamente ni se inmuta a pesar de que algo no identificado ha asesinado a la máxima autoridad del pueblo. El hombre, llamado Martin y quien no es más que el propio Vic Savage, se dirige a la patrulla con toda su sangre fría e informa de lo ocurrido.Lo siguiente que no puedo pasar por alto es que una vez más tenemos la figura del narrador tal como en The Beast of Yucca Flats o Attack of the Mayan Mummy. Existen dos versiones para justificar la inclusión de esta voz comentando distintos acontecimientos en la trama; la primera indica que tras la filmación se extravió la cinta donde había sido grabada la pista de audio y durante la edición tuvo que improvisarse echando mano del doblaje y un narrador. La otra versión sugiere simplemente que desde un primer momento se decidió grabar de ese modo para reducir costos. Indistintamente de la validez de una u otra explicación, lo cierto es que en varios momentos resulta evidente la pérdida de sincronía entre el audio y la imagen, tanto en diálogos como en sonidos de ambiente.
Pero si en algo destaca The Creeping Terror es en escenas que son completamente irrelevantes a la trama. Les daré los dos ejemplos más notables. En una de esas escenas Martin llega a su casa acompañado por un amigo y el narrador nos suelta un discurso sobre el momento de la vida en el que un hombre debe madurar y que a Martin le llegó esa hora al casarse con Brett, muy a pesar de su amigo que ahora se siente excluido. Entonces vemos a la feliz pareja besuqueándose en el sofá mientras que el amigo no sabe qué hacer con su existencia.
La otra escena ocurre cuando el monstruo invade una sala de baile y vemos lo que pareciera ser un hombre intentando propasarse con una mujer, puesto que le desgarra el vestido y brevemente podemos ver su busto desnudo. Seguidamente otro hombre entra en acción para defender el honor de la dama e intercambian puñetazos. A pocos metros de distancia está el monstruo comiéndose a la gente...
Salvo que se trate de un ataque de masoquismo o solamente deseen burlarse de la película, no veo otra razón que justifique que vean The Creeping Terror. Quedan advertidos.
Trailer:
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