"En 1963, Champagne Oyarbide y su pareja, Alan Smithee, tuvieron un sueño: hacer un remake de Nosferatu. Reclutaron actores dentro del circuito de teatro, incluyendo al afamado Víctor Melman, famoso performer de la época dorada del Teatro del Plata.
La película se llevó a cabo con un selecto grupo de actores y técnicos que jamás dudaron en saciar al director y al productor con todo su talento. El estreno se realizó al año siguiente, pero el censor Paulino Tato, siguiendo órdenes del presidente Ongania, decidió prohibir el film. Champagne Oyarbide y Víctor Melman contrajeron matrimonio y se suicidaron tiempo después.
Hoy, Gorevision Films rescata esta película y, gracias a la tecnología actual, la trae para que la disfruten las nuevas generaciones... Algunos defectos en imagen y sonido no pudieron arreglarse, pero igualmente el valor histórico está intacto."
De ese modo inicia esta parodia gay de Nosferatu, producida por Gorevision siguiendo un guión de Claudio Fracasso y dirigida por Alan Smithee, un famoso seudónimo entre directores de cine que no quieren ser relacionados con un proyecto empleando su nombre verdadero. Según su web oficial fue completada en apenas 5 horas, guión incluido.
A un hostal autodenominado como gay-friendly arriba una pareja de homosexuales (interpretada por Ramón Cordero y Paul Divano) en busca de la tranquilidad necesaria para revivir la llama de su amor y salvar su relación. Allí son recibidos por su propio dueño, el Conde Nosferatu (Vic Cicuta o Víctor Melman), quien les garantiza que el lugar cuenta con todas las comodidades que un gay puede necesitar, como por ejemplo un gimnasio y mucho yogurt.
Ya desde la primera noche de estadía resulta evidente que el vínculo que alguna vez unió a esta pareja se encuentra irremediablemente destruido y el hombre se marcha de la habitación y abandona a su otrora media naranja a los gritos de "¡Gorda puta!". Esta ¿mujer? se encuentra terriblemente desconsolada y vulnerable por el fracaso en el que ha terminado su matrimonio luego de que su marido la hiciera abortar con la ayuda de un cabrito que le propinó una patada en su vientre, por lo que es presa fácil para el Conde, quien da inicio a su juego de seducción.
Con el alcohol de por medio consigue doblegar poco a poco la resistencia de esta pobre mujer y que simultáneamente se vaya olvidando de su anterior pareja. Son frecuentes las ocasiones en que despierta sobresaltada de sus pesadillas gritando "¡Bukkake! ¡Bukkake!".
Así como en distintas versiones literarias y cinematográficas relacionadas con el mundo de los vampiros, en donde estas criaturas deben mantenerse alejadas de la luz del sol y reaccionan negativamente ante crucifijos o ajos, nuestro Conde tiene una debilidad adicional y es que también es posible espantarlo enseñándole fotos de mujeres desnudas. Como bien dice él mismo: no tolera la bisexualidad.
De manera similar que en otras versiones de la historia, el único que parece poder detenerlo es Van Heltsing (Ezequiel Hansen) y se presenta en el hostal decidido a acabar con toda la inmoralidad y casquivanía que allí impera. Dando lugar a esos graciosos diálogos que solemos disfrutar en las producciones de Gorevision:
- Tengo nuevamente denuncias de que en este antro se encuentran homosexuales. Hay actos de puterío barato, casquivanía, depravación, insania, drogadicción.
- ¿Todo eso? ¿Todo junto?
¿Podrá Van Heltsing vencer al Conde o, por el contrario, sucumbirá ante los poderes y encantos de este? Si mueren por enterarse, pueden ver Alan Smithee's Nosferatu en Vimeo, donde se encuentra disponible en su totalidad: vimeo.com/24219170.
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