En ocasiones me topo con producciones como esta de Roberto Mauri que me dejan un tanto indiferente respecto a la posibilidad de escribir una reseña o no, porque son la clase de películas que no son lo suficientemente malas para que terminen siendo divertidas pero que al mismo tiempo sin ser ineptas tampoco ofrecen nada nuevo dentro del género que representan. Sin embargo, como el principal objetivo de este blog siempre ha sido el brindarle homenaje y difusión al cine B, no está de más presentarles a La strage dei vampiri.
Esta producción italiana es más conocida por el título literal en inglés de Slaughter of the Vampires bajo el cual es comercializado el DVD de Dark Sky Films con un doblaje al inglés que deja mucho que desear y sin subtítulos; pero con una imagen restaurada con la que ya quisiéramos disponer para títulos más famosos y pertenecientes a estudios más importantes. Otros nombres bajo los que puede encontrarse este largometraje son los de Curse of the Blood Ghouls o simplemente Curses of the Ghouls.
Dentro de una historia de vampiros predecible como esta pero con una calidad de imagen tan atractiva y excelente fotografía, lo mejor que puede hacer el espectador a lo largo de los 78 minutos que dura es deleitarse con la belleza de Graziella Granata, quien interpreta a Louise, la mujer de Wolfgang (Walter Brandi), un aristócrata que atiende impotente a la pérdida del amor de su compañera, ahora que su voluntad es controlada por un misterioso conde que nadie pareciera conocer pero nadie cuestiona su origen.
Si bien el papel que encarna Dieter Eppler no da lugar para lucirse en demasía puesto que está limitado a apariciones efectistas con pocos diálogos, estéticamente el personaje del conde está muy bien logrado y pareciera sacado directamente de una película del expresionismo alemán.
Por lo demás la historia no ofrece nada que no hayan visto en otras películas tradicionales de vampiros y los diálogos en esta son, en líneas generales, simples y carentes de naturalidad, algo que podría ser consecuencia del doblaje. Los personajes son los mismos de las clásicas historias del género: Wolfgang en un último intento desesperado por salvar a Louise (nuestra Mina Harker) recurre a Van Helsing, solo que en Slaughter of the Vampires no lleva ese nombre sino el de Dr. Nietzsche (Paolo Solvay); sin embargo, no desaprovecha la oportunidad para presentarse como un batallador incansable y enemigo jurado de estas malignas criaturas.
El Dr. Nietzsche pensando en quién lo mandó a meterse en ese sucio oficio de cazar vampiros.
No puedo finalizar la reseña sin hacer una pequeña mención a la banda sonora creada por Aldo Piga que, tras el buen trabajo de Ugo Brunelli en la fotografía y la sensualidad de Graziella Granata, me parece el tercer punto más fuerte de esta película colaborando a su atmósfera no solo con las clásicas piezas en piano sino además con un clásico del cine B como lo es el theremín.
Por todo lo mencionado quizás podamos decir que La strage dei vampiri sea una película prescindible, pero los amantes de este subgénero puede que disfruten con su visionado. Me despido con el trailer de la película presentada bajo el título de Curse of the Blood-Ghouls y con un narrador típico de esos años.
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