Para el día de hoy tenemos esta poco conocida película que si bien fue dirigida y producida por Adrian Weiss, contó con un guión escrito por nada más y nada menos que Edward Wood Jr.
La historia inicia con una pareja de recién casados, Laura (Charlotte Austin, a quien ya vimos en otro simiesco film: Gorilla at Large) y Dan Fuller (Lance Fuller), que han llegado a la mansión de este último para pasar su primera noche juntos como esposos. Dan Fuller no es tonto y le ha dado la noche libre a todos sus sirvientes para que nadie los perturbe en su nidito de amor, aunque en realidad no están solos. Dan es además un cazador de fama mundial y esa noche les hace compañía, enjaulado y en el sótano, Spanky, un gran gorila capturado por nuestro corajudo galán.
La marca de Ed Wood: un suéter de angora.
Laura insiste en conocerlo, a lo que Dan accede inmediatamente viéndolo como una oportunidad para hacer un derroche de virilidad. Para sorpresa suya, mas no nuestra, Spanky queda prendado de Laura y no quiere soltarla de ningún modo, sin anhelar otra cosa más que acariciarla. Dan percibe un peligro para su amada y la aparta violentamente de la jaula, a lo que Spanky reacciona protestando enérgicamente.
Se retiran a su alcoba para descansar sin que haya sexo ni toqueteo alguno, en definitiva un matrimonio condenado al fracaso. Spanky percibe esto como su gran oportunidad y su furia le permite destruir los barrotes de la prisión a la que había sido condenado por el hombre blanco. Llega a la habitación de la pareja y nuevamente acaricia a Laura; sin embargo, en esta oportunidad Dan va más allá y descarga su revólver sobre la bestia, precipitándose esta al vacío desde el segundo piso de la casa.
Todo esto ocurre en apenas 15 minutos, si se están preguntando qué otra cosa podría suceder en adelante no se preocupen que la noche es joven. Laura despierta de madrugada sobresaltada por una pesadilla en la que puede verse en África rodeada por animales salvajes; a lo que Dan reacciona dándole un somnífero y diciéndole que al día siguiente hará que la visite el médico de la familia.
Lo que sigue es quizás lo más interesante que tiene The Bride and the Beast para ofrecerle al espectador respecto a otras producciones de corte similar. El doctor Carl Reiner (William Justine) decide hipnotizar a Laura y someterla a una regresión para descubrir el origen de estos sueños recurrentes. ¿Qué creen? Esta técnica determina que Laura en su vida pasada fue una gorila y el Dr. Reiner le garantiza a Dan que gracias al procedimiento esos sueños no volverán a atormentarla.
Dan se muestra escéptico de todo lo que le dice el doctor y se mantiene en sus treces respecto a su idea inicial de llevarla a África como viaje de bodas. A partir de ahí la película decae enormemente porque Weiss abusa de la utilización de material de archivo, posiblemente tomado de algunos documentales sobre el continente negro, y lo que vemos son escenas que alternan imágenes de aborígenes y fauna local con nuestros protagonistas supuestamente viendo todo desde su jeep. Esa dinámica se mantiene por una media hora hasta el momento en que la acción recae sobre una pareja de tigres de Bengala que se escamparon y deambulan por la pradera africana.
Con tanto material de archivo a diestra y siniestra me encontraba un tanto confundido respecto a la verdadera intención de esta producción y me preguntaba por qué mejor no rebautizarla como "The Bride and the Stock Footage" ya que eso había tenido mayor presencia que el gorila; sin embargo, siempre genial a su manera, Ed Wood nos deparaba una sorpresa en su libreto. Al ser perseguida por uno de los tigres Laura cae por un precipicio y se golpea la cabeza, al despertar no recuerda nada de su actual existencia y se comporta como un primate. Impresionante, ¿eh?
En ese punto a nuestro intrépido protagonista se le presenta su enésimo y definitivo reto: recapturar a su amada y regresar a la civilización para brindarle el tratamiento necesario. ¿Conseguirá imponerse a un grupo de feroces gorilas dispuestos a todo con tal de defender a su nueva hembra?
Mención especial a Taro (Johnny Roth), el siempre fiel y diligente criado de Ted, que por más que viva llamando bwana a su amo no puede ocultar el hecho de que es un hombre blanco con el cuerpo maquillado.
El pobre Taro se fue a buscar ayuda y jamás volvió. Tampoco participó en más películas.
Una película que le recomiendo solamente a personas obsesionadas con toda la obra de Ed Wood, el resto mejor que invierta su tiempo en algo más provechoso.
Trailer:
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