Retomamos el cine latinoamericano y lo hacemos con Orlak, el infierno de Frankenstein, una película mexicana de 1960 dirigida por el prolífico Rafael Baledón y con la participación de Joaquín Cordero, Andrés Soler, Armando Calvo e Irma Dorantes en los papeles principales.
Rojas cumple con su palabra y con la ayuda de Gastón (David Reynoso), uno de sus compañeros de fechorías, lo saca de la cárcel ante la pasividad e ineptitud de las autoridades, que en ningún momento las vemos poniendo algún esfuerzo en dar con el paradero del doctor Frankenstein a pesar de las muertes que ocurrirán más adelante.
Nuestro protagonista se esmera en vender una imagen de hombre injustamente condenado y a cambio de su libertad le pide a Frankenstein que le ayude a demostrar su inocencia. Como todo científico portador de ese apellido, al poco tiempo Frankenstein logra crear vida a partir de cadáveres. Para ello emplea un armazón metálico que contiene a todos los órganos y sirve de reemplazo del esqueleto humano; además ha dotado a la criatura de un complejo mecanismo de reloj que obliga a las partes a funcionar. Todo esto aderezado por una gran cantidad de electricidad. Ante la falta de un cerebro humano Frankenstein recurre a uno artificial creado por él mismo que le permite comunicarse a distancia mediante un micrófono con Orlak, el nombre que le puso a su creación.
Eso que parece una bola de cristal es el cerebro de Orlak.
La sorpresa no es para el espectador sino de Frankenstein para su nuevo amigo, a quien tiempo después le revela que le ha hecho a Orlak un rostro idéntico al suyo con un material muy sensible al fuego pero por lo demás indestructible. Esto le permitirá llevar a cabo todas sus averiguaciones sin exponerse a riesgos innecesarios.
"Eric y Orlak", álbum familiar del Dr. Frankenstein.
Desde el primer momento Frankenstein le había hecho prometer a Rojas que nunca usaría sus creaciones para el crimen y él así lo aceptó, pero no tardamos mucho en descubrir sus verdaderas intenciones y en lugar de valerse de Orlak para descubrir pistas que limpien su nombre lo usa directamente para matar a todas las personas que estuvieron involucradas en su captura y condena.
Al mismo tiempo que busca elaborar coartadas perfectas para las horas en la que su doble inmortal comete los asesinatos comienza a cortejar a Elvira (Irma Dorantes), hija del juez Dávalos (Antonio Raxel), quien lo envió a la cárcel por aquel delito. ¿Es este un amor sincero o solo parte de su sed de venganza? Es difícil saberlo en una persona como Jaime Rojas pero por supuesto que le causa un gran disgusto al juez y alimenta las sospechas del inspector Santos (Armando Calvo).
A pesar de durar solo 90 minutos, la película está dividida en cuatro capítulos como si se tratara de una miniserie. Bien puede ser que esa haya sido la intención original y posteriormente la hayan transformado en una película como ya hemos visto que ocurrió en otras oportunidades con los casos de El enmascarado de plata y The Phantom Creeps.
Una producción sencilla y quizás predecible, pero entretenida; los amantes de las viejas películas de terror latinoamericanas seguro la disfrutarán. A falta de tráiler pueden ver la película completa en YouTube: youtu.be/HP1HtFfKGgc.
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