Proseguimos con las reseñas de septiembre con otra película en blanco y negro y, al igual que en el caso de The Mad Ghoul, producida por un famoso estudio, siendo en esta oportunidad un largometraje de los estudios Hammer. Hysteria contó con la dirección de Freddie Francis y un guión de Jimmy Sangster, dos nombres famosos tanto para esta compañía británica como para el mundo del cine B en general.
Solo para adultos, ya saben.
En un consultorio vemos a un hombre ser atendido por un médico que intenta ayudarlo a recordar. En los siguientes minutos descubrimos que este hombre (Robert Webber) se vio involucrado en un fuerte accidente que entre sus secuelas le dejó una fractura de cráneo y una pérdida total de su memoria, por lo que ni siquiera recuerda su nombre.
Debido a que cuando lo encontraron llevaba en su cuello una medalla de San Cristóbal, el personal médico decidió rebautizarlo como Christopher, acompañándolo de un apellido bastante común como lo es Smith. Aparte de esa medalla lo otro que hallaron entre sus pertenencias fue la foto de una mujer y toma eso como punto de partida para intentar desenmarañar el misterio en torno a su pasado.
No es una tarea sencilla y ya su médico le había advertido de las posibilidades de sufrir alucinaciones, las cuales empiezan a manifestarse primero en forma de gritos que oye en el deshabitado apartamento contiguo y luego viendo una ducha en funcionamiento y un cuchillo ensangrentado en ese mismo lugar. Contribuye al misterio el hecho de que este apartamento donde Christopher Smith fue instalado sea cortesía de un secreto benefactor que asimismo costeó todo su tratamiento médico.
El misterioso benefactor resulta ser nada más y nada menos que la mujer de la foto, quien una noche se presenta en el edificio y le anuncia a Christopher que ella es Denise James (Lelia Goldoni), dueña del inmueble y viuda del hombre que falleció en el accidente. Denise ha decidido hacerse cargo de Christopher porque considera que su marido, con sus problemas de bebida, fue el culpable de la colisión, así que además de cubrir sus gastos piensa ayudarlo a hacer memoria regresando al lugar del infortunio.
En el lugar de los acontecimientos recuerda que había estado con una prostituta en Francia y que luego había conocido a una posesiva mujer británica de quien pudo librarse de forma providencial al toparse con el marido de Denise, si bien este encuentro terminó de forma trágica unos minutos después. Sin embargo, su vida previa a ese día continúa siendo un absoluto misterio.
Denise se propone resolver un enigma donde ya antes falló el Dr. Keller (Anthony Newlands), pero las alucinaciones que padece Christopher se agravan y poco a poco lo convierten en un manojo de nervios. ¿Se está convirtiendo en un demente capaz de cometer un crimen o quizás es víctima de las maquinaciones de un tercero?
Una película que no se encuentra entre las más populares producciones de Hammer pero que es un interesante y trepidante thriller psicológico, estupendo para pasar el rato. Una de las pocas veces en que pudo verse a Robert Webber interpretando un papel principal y no lo hace nada mal al caracterizar a este amnésico donjuán. Igualmente sublime Lelia Goldoni dándole vida a un personaje que pareciera tener segundas intenciones.
Tráiler:
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