Películas B

Las producciones más geniales del séptimo arte

8.11.16

The Mutilator (1984)

Publicado por Marcel |

En pleno auge del género slasher, un abogado llamado Buddy Cooper decidió probar suerte y rodar una película durante el año 1983, la cual fue estrenada inicialmente bajo el título de Fall Break pero después fue rebautizada como The Mutilator al momento de ser distribuida en video.


Buddy Cooper no solo fue el director de la que sería su única incursión cinematográfica, sino que además se encargó de escribir el guión, producirla y tener un cameo en ella. En la aventura lo acompañaría un grupo de actores inexpertos que en su mayoría no volvió a particupar en ninguna otra película. Una receta que parecía tener todo listo para generar una nueva Manos, pero por lo visto este abogado sabía algo más de cine que Harold P. Warren y el producto final tiene un aspecto más profesional.


La película abre con una excelente escena en el pasado con el protagonista y su mamá (Pamela Weddle Cooper) encargándose de los preparativos para celebrar el cumpleaños del hombre de la casa. Mientras la madre prepara la torta, el pequeño Ed (interpretado en su versión joven por Trace Cooper) decide sorprender a su padre, un aficionado a la cacería, dejando sus armas relucientes. Durante la limpieza de una de las escopetas Ed se pone a jugar con ella sin saber que estaba cargada, se le escapa un tiro y mata a su madre en el acto. A los minutos llega el padre (Jack Chatham) y se encuentra con la horrible escena y arremete contra su hijo para luego, en medio del colapso nervioso, ponerse a beber en compañía del cadáver.


Unos diez años más tarde Ed ya ha alcanzado la mayoría de edad y está asistiendo a la universidad, si bien para el momento en que ocurre la historia está disfrutando junto a sus amigos de unas breves vacaciones otoñales. De ahí el título inicial de la película, tal vez tratando de usar un nombre que pudiera asociarse con producciones famosas como Halloween o My Bloody Valentine. En particular en esta escena es donde más se nota el amateurismo de los participantes por la poca naturalidad de sus diálogos; aunque por supuesto algo de culpa recae también sobre el guión que los hace pronunciar esas líneas que se sienten algo forzadas a la hora de explicar el pasado del protagonista.


Mientras Ed (Matt Mitler) y sus amigos se lamentan por lo aburridas que están siendo sus vacaciones, este recibe una llamada telefónica de su padre, con el que da a entender que nunca volvió a tener una buena relación desde aquel fatídico día, quien le pide que vaya a su chalet de la playa a encargarse de prepararlo todo para el invierno, ya que él no puede hacerlo porque está enfermo. En un primer momento Ed se niega a ayudarlo, pero sus amigos lo ven como la oportunidad de pasar unos días en la playa y hacer algo diferente, por lo que al final accede. Después de esta larga doble escena de apertura que se extiende por 10 minutos, aparecen los créditos y con ellos una canción tan alegre que hace pensar más en alguna comedia típica de esos años que en las inminentes muertes de estos personajes. La canción se titula Fall Break y es interpretada por Peter Yellen and The Breakers (uno de los miembros del grupo es... Buddy Cooper).


Una vez en el lugar se encuentran con que la casa está abierta y en ella hay las que parecieran ser las secuelas de una fiesta donde hubo grandes cantidades de alcohol. Sus amigos opinan que tal vez unos vándalos se metieron en la propiedad aprovechando que estaba desocupada y su novia (Ruth Martinez) le insiste que debería reportarlo a las autoridades, sin embargo Ed no le da importancia y les asegura que todo ese desorden debió ser obra de su papá y sus amigos borrachines. Durante el recorrido en el que le muestra a sus compañeros todas la colección de armas y trofeos de su padre nota que falta el hacha de guerra, pero del mismo modo concluye que debió llevársela su padre y no vale la pena denunciar su pérdida. Qué sería de este género si los personajes no tomaran malas decisiones, ¿eh?

Pobre Sue, no se imagina lo que le espera.

Ya que hablamos de malas decisiones, después de instalarse en sus respectivas habitaciones, la pareja conformada por Mike (Morey Lampley) y Linda (Frances Raines) se separa del resto del grupo para visitar la piscina y ahí son alcanzados por el asesino. La primera muerte da pie a una de las grandes incongruencias de The Mutilator. Mientras Linda disfruta del agua, es halada hacia abajo por dos manos el tiempo suficiente para ahogarla, luego el asesino sale de la piscina con el cuerpo a cuestas, regresa para robarse la ropa y en ningún momento Mike nota lo que está pasando. Solo sale del agua porque cree que Linda le está jugando una broma al haberle escondido su ropa. Por ser tan despistado no le auguro una larga vida.

3.11.16

Giant from the Unknown (1958)

Publicado por Marcel |

El penúltimo mes del año comienza con una vieja película de terror y ciencia ficción de bajo presupuesto tan típica de los años 50. En este caso hablaremos de Giant from the Unknown de Richard E. Cunha.


Como es costumbre en estas producciones que duran poco más de una hora, la acción comienza desde el primer minuto y nos encontramos con los habitantes de un pueblo visiblemente alterados por una serie de siniestros acontecimientos que han ocurrido durante los últimos días en el lugar. En un principio habían sido solo algunas reses que habían aparecidos brutalmente mutiladas, pero el estado de alarma aumenta cuando la siguiente pasa a ser uno de los lugareños, el señor Harold Banks, igualmente asesinado de forma salvaje.


El nerviosismo y la superstición se apoderan de los presentes y le exigen al sheriff Parker (Bob Steele) que haga algo, aunque sin demasiada esperanza porque atribuyen lo sucedido a una vieja maldición india que indicaba que un día se levantarían de sus tumbas y se vengarían del hombre blanco. No ayuda que el sitio donde han ocurrido las muertes, conocido como El peñasco del Diablo, se encuentre sobre un viejo cementerio indio.


El sheriff Parker no hace caso a estas supercherías y busca resolver los delitos apartado de lo sobrenatural mas no así de los prejuicios, puesto que sin mayores evidencias intenta endilgarle los crímenes a Wayne Brooks (Ed Kemmer), un científico que tiene poco tiempo en el pueblo y que nunca le ha caído del todo bien; además que algunos testigos afirman que tuvo una fuerte discusión con la víctima la semana anterior.


Tras esa escena inicial llegan al pueblo el doctor Frederick Cleveland (Morris Ankrum) y su hija Janet (Sally Fraser), con el objetivo de realizar unas excavaciones en el lugar para demostrar su teoría de que a América habían llegado colonizadores europeos mucho años antes que Cristóbal Colón. De forma casual se topa con ellos Wayne Brooks y reconoce al profesor Cleveland por haber asistido como oyente a algunas de sus clases de arqueología en la universidad. Debido a eso y ayudado por el flechazo que recibe al conocer a Janet, Wayne se pone a la entera disposición del viejo científico para servirle de guía en el lugar.

9.10.16

La dinastía Drácula (1980)

Publicado por Marcel |

La segunda reseña del mes de octubre le corresponde a un favorito de los lectores de este blog, como lo es el cine mexicano, en esta oportunidad con otra historia de vampiros con La dinastía Drácula, de la mano de Alfredo B. Crevenna a quien ya tuvimos en este espacio hace casi 2 años con El pueblo fantasma.


La película comienza en el año 1595 en plena ejecución de un hereje por parte de la Santa Inquisición. El pecador es Antonio de Orlaff (Kleomenes Stamatiades), duque de Talavera y señor de Montovanes, acusado de satisfacer su sed con sangre humana, practicar maleficios, sacrificar doncellas e invocar al Maligno. También recibe el cargo de practicar brujería porque los testigos afirman haberlo visto convertirse en perro, lobo, tigre y humo. Debido a la naturaleza de sus actos no es condenado a la hoguera como era costumbre sino ejecutado clavándole una estaca en el pecho y sepultado en tierra no consagrada.


De todo aquello fue testigo Madame Kostov (Erika Carlsson), quien juró que cuando hubieran transcurrido 300 años volverían en la primera luna llena para así reinar juntos nuevamente. Lo que nos lleva a la época en la que se ambienta La dinastía Drácula, finales del siglo XIX, concretamente durante el año 1895, momento en el cual Madame Kostov vuelve a México con el interés de adquirir la hacienda en representación del barón Van Helsing.


Bueno, si esta mujer trabaja para Van Helsing entonces no hay nada que temer, ¿no? ¡Craso error, estimados lectores! Para no levantar sospechas estos vampiros son tan astutos que han decidido ocultar su identidad empleando el nombre de quien ha sido uno de sus enemigos más famosos. Pero su llegada a tierras mexicanas coincide con la muerte de varios habitantes del pueblo, todos ellos hallados sin una sola gota de sangre en su cuerpo y con las características y temibles marcas de colmillos en su cuello.


Más allá de estos deslices con algunos habitantes de poca importancia, el barón Drácula (Roberto Nelson) se comporta como todo un caballero con los dueños de la hacienda y en un primer momento intenta comprar la propiedad de forma civilizada. No obstante, ante las negativas de don Carlos Solórzano (Rubén Rojo) y doña Remedios Montovanes de Solórzano (Magda Guzmán), decide recurrir a los métodos que mejor conoce y una noche hace que doña Remedios caiga en un profundo trance y siga los pasos de su antepasado Antonio uniéndose a la dinastía.

6.10.16

Cleopatra Wong (1978)

Publicado por Marcel |

Damos inicio a las reseñas del mes de octubre con la esperanza de que este mes resulte más prolífico que el anterior en cuanto a producciones geniales que pasen por mis manos. El día de hoy hablaremos de Cleopatra Wong (conocida también bajo el título extendido de They Call Her... Cleopatra Wong), una película cargada de acción y que fue una coproducción realizada entre Singapur y Filipinas y dirigida por Bobby A. Suarez.


La acción inicia con nuestra protagonista, Cleopatra Wong (Marrie Lee), en la cama disfrutando de las caricias de un hombre cuando es interrumpida por el repique del teléfono. Se trata de su jefe en Singapur, quien le avisa de una misión de vital importancia que requiere de su atención inmediata, algo casi tan terrible como el inicio de la Tercera Guerra Mundial (sus palabras, no las mías).


Cuando se reporta en el cuartel general en Manila, ciudad en donde estaba disfrutando de sus vacaciones, su jefe en Filipinas le da los detalles del caso: alguien está falsificando el papel moneda de varias repúblicas asiáticas y el resultado son billetes casi imposible de reconocerlos como falsos; algo que podría traer graves consecuencia a la economía de esos países. Por lo tanto, su misión consiste en viajar a Singapur y dar con estos falsificadores.


El plan de nuestra agente de la Interpol no destaca por su lógica, ya que consiste en comprar un artículo muy costoso en una joyería y pagarlo con los billetes que recibió de su jefe para así llamar la atención de los falsificadores. Uno pensaría que el objetivo de esta red de falsificación es precisamente que estos billetes entren en circulación masivamente, pero por supuesto que el plan de Cleopatra Wong funciona y estos bandidos la raptan para que ella les revele cómo hizo para obtener esos billetes.


Todo esto se extiende hasta casi los 30 minutos de película. Porque recuerden cómo son las reglas, aunque el malo tenga decenas de matones a su servicio los enfrentamientos deben darse de uno en uno para que el bueno tenga todas las posibilidades de salir indemne del combate.

El mes de septiembre empieza con Shudojo: nure nawa zange, la segunda película de nunsploitation que reseñaremos en este blog, en este caso una producción japonesa dirigida por un ícono del cine pink como lo es Kôyû Ohara. Su conoce internacionalmente bajo los títulos de Wet & Rope y Wet Rope Confession, que a decir verdad no sé qué tienen que ver con la historia.


La película comienza con la boda de Miki (Yuki Nohira), una enfermera que acaba de contraer nupcias con un doctor del hospital en el que trabaja. Sin embargo, durante la noche de bodas dos malhechores irrumpen en su habitación y amordazan a su esposo para después violar a Miki.


El problema para Miki, como suele ocurrir en este género cinematográfico, es que después de un forcejeo inicial da la impresión de que terminó disfrutando del sexo con su violador. No puedo decir que sean ideas mías puesto que el marido también lo nota y la expulsa del hogar por haber perdido la honra.


Ultrajada y sin tener a donde ir, Miki decide acabar con su vida arrojándose al vacío desde un acantilado, pero justo en el último momento un sacerdote impide que se arroje y la invita a unirse a un convento en donde podrá expiar sus pecados dedicándole su vida al Señor.


Una vez en el convento supe que Shudojo: nure nawa zange nada tenía que envidiarle a las películas de exploitation europeas más eróticas y absurdas. A diferencia del mundo occidental en donde se comulga con una hostia, aquí junto con el vino sirven un pan alargado como una especie de baguette pequeña y una pareja de novicias toma uno de estos panes para divertirse en la noche. Así que sin importarle la presencia de las demás compañeras una de ellas empieza a masturbarse con él y después se lo saca y empieza a penetrar a su amiga.


Se encuentran tan excitadas que no resisten más y se marchan a un lugar apartado del convento para entregarse libremente al pecado, pero no saben que desde ahí las observa el asistente del sacerdote y este las azota violentamente para castigarlas por haberse dejado llevar por la tentación.


Miki huye despavorida y busca refugio en la capilla, pero en lugar de hallar paz para orar se topa con Kazama (Yutaka Hayashi), un maleante que ha sido herido y busca refugio mientras se esconde de las autoridades. Sus habilidades como enfermera le resultan útiles para atenderlo y al día siguiente aprovecha para comprar medicinas cuando la madre superiora la envía junto a Maria para realizar varias diligencias en la ciudad.

14.8.16

Blood Voyage (1976)

Publicado por Marcel |

Blood Voyage fue el único trabajo como director de Frank Mitchell, un nombre que probablemente no les diga nada pero se ve que pasó su vida relacionado con el mundo del cine puesto que según IMDb participó en 86 películas, aunque la mayoría de sus papeles fueron como extra.


Un grupo de siete personas emprende un viaje en yate hacia Hawái y durante el viaje uno a uno empiezan a desaparecer o ser asesinados los tripulantes de la embarcación. El viaje lo ha organizado Jules (John Hart), un psiquiatra que planea casarse con Jill (Laurie Rose), su joven prometida, al llegar a la isla. En la aventura son acompañados por la hija de Jules, Carol (Mara Modair), quien no mantiene la mejor de las relaciones con su padre y no aprueba esa unión porque pone en peligro su herencia y Amy (Midori), una paciente psiquiátrica con problemas de adicción a las drogas bajo el cuidado del doctor Jules. A bordo les esperan Mack (Pete Kellett), el capitán del barco, y sus ayudantes Pete (Doug Hume) y Scotty (Gene Tyburn).


A continuación hay una escena en la que Jules y Mack hablan de un tal Andy Mason (Jonathan Goldsmith), quien fue dado de baja del ejército tras haber servido en Vietnam y que pasará por ahí a saludar antes de que ellos partan rumbo a su destino. Esa primera noche alguien asesina con un hacha a Pete, pero a la mañana siguiente simplemente piensan que no se presentó a trabajar y le ofrecen a Andy su puesto como miembro de la tripulación, a lo que este accede y se les une en el viaje.


A decir verdad no hay mucho más que contar sobre la película. Dura apenas 75 minutos y al poco tiempo de haber zarpado ocurre la segunda muerte, las otras se suceden rápidamente hasta llegar a la confrontación final. Por otra parte, si bien el perfil de cada personaje está pensado para que uno sospeche de cualquiera de ellos apenas se produzca la primera desaparición, en mi opinión, uno de ellos resulta más evidente que el resto y en el desenlace resultó que efectivamente había acertado mi suposición.


A pesar de las múltiples muertes que ocurren a bordo de esta embarcación, no es mucha la sangre que se exhibe en pantalla en Blood Voyage. De no ser por una larga escena al comienzo con los senos de Carol descaradamente visibles y otra en la que se muestra al detalle la preparación de una jeringa con heroína, diría que la película luce más bien como aquellas producciones para televisión de los años 70 que una película con elementos de terror con nivel para la gran pantalla.

10.8.16

The Basement (1989)

Publicado por Marcel |

El día de hoy hablaremos de The Basement, una película poco conocida si me guío por el hecho de que tiene menos de 100 votos en IMDb y ninguna reseña. Con guión y dirección de Timothy O'Rawe, fue filmada en Super-8 sin sonido, que fue incorporado posteriormente durante la edición, lo cual aumenta el encanto de esta producción de bajo presupuesto.


La historia pareciera estar inspirada en Tales from the Crypt de 1972, en donde cinco extraños se encuentran con el cuidador de la cripta y este les muestra cómo morirán. En este caso, cuatro extraños despiertan en un sótano y cuando intentan huir por la única puerta disponible se topan con la figura del Centinela, una tenebrosa criatura que quiere hablar sobre sus pecados, pero no los que han cometido sino aquellos que van a cometer.


De ese modo nos son mostradas cuatro historias en las que cada una de estas personas comete una grave falta para finalmente ser castigada con la muerte. La primera historia le corresponde a Victoria (Kathleen Heidinger), una mujer infiel que desprecia a su esposo. Un día descubre que en el fondo de su piscina ha aparecido una criatura que devora a todo el que entra en ella y aprovecha para deshacerse de su marido y todas las personas que le desagradan. Es la más corta de todas pero incluye un giro final en el desenlace.


El segundo segmento nos presenta a Charles Huff (Dennis Driscoll), un maestro de escuela que ha enviudado recientemente y que odia a los niños y la celebración de Halloween, por lo que esa noche se dedica a aterrorizarlos y hacerles toda clase de maldades cuando llaman a su puerta. Sin haber nada nuevo en su argumento, esta es la historia que destaca entre las cuatro porque es la que cuenta con más gore, mejores efectos y varias terroríficas criaturas con excelente maquillaje. Me gustaron especialmente la momia y la aparición del cadáver de su esposa.


7.8.16

La invasión de los vampiros (1963)

Publicado por Marcel |

El día de hoy tenemos otro clásico del terror del cine mexicano con La invasión de los vampiros de Miguel Morayta, continuación de El vampiro sangriento estrenada el año anterior.


A la Hacienda de las Ánimas, ubicada en un apartado pueblo mexicano, llega un doctor enviado por el conde Cagliostro desde ciudad de México para que su amigo el marqués Gonzalo Guzmán de la Selva (Tito Junco) le brinde alojamiento y le permita realizar ahí por el tiempo que sea necesario sus estudios sobre vampirismo. Esa peculiar elección de tema se debe a que el doctor Ulises Albarrán (Rafael del Río) no se encuentra doctorado en medicina sino en alquimia.


Frau Hildegarda (Bertha Moss), ama de llaves del marqués y otrora fiel sirviente del conde Frankenhausen (Carlos Agostí), se opone rotundamente a tener a ese joven en la hacienda, pero el marqués no acepta sus argumentos y concluye que por encima de todo lo más importante es poder ayudar al discípulo de un viejo amigo.


Una vez instalado, el doctor Albarrán viaja al pueblo para conocer a los habitantes del lugar y saber qué se comenta respecto a las sospechosas muertes que han ocurrido últimamente durante cada luna llena. El consenso popular las atribuye a la obra del Maligno, al punto tal que el sacerdote se ha negado a enterrar a todas las víctimas hasta que no se determine que Satanás no está relacionado con esas muertes.


La primera muerte correspondió a Eugenia Guzmán de la Selva, hija del marqués y esposa del conde Frankenhausen. Esta ocurrió en extrañas circunstancias porque su deceso coincidió con la misteriosa desaparición del conde y nadie volvió a saber de él. Se comenta que las muertes sucesivas han sido provocadas durante cada noche de luna llena porque es ahí cuando la condesa abandona su féretro para deambular por el pueblo, logrando encantar a algún incauto que después sirve de alimento al voraz conde (aunque en realidad se trata de su hija Brunhilda (Erna Martha Bauman), en medio de un trance inducido por el conde).

3.8.16

Princess Warrior (1989)

Publicado por Marcel |

Abrimos el mes de agosto con Princess Warrior, una película de ciencia ficción de muy bajo presupuesto que representó el primero de apenas dos trabajos como director para Lindsay Norgard. Pero él no fue el único debutante en esta producción, según IMDb para todos los personajes principales de Princess Warrior este fue su primer trabajo como actor de cine.

Ya con el póster pueden darse una idea del tipo de producción al que nos enfrentamos.

La acción inicia en el planeta Vulkaria durante la agonía de la reina madre (Cheryl Janecky) y la inminente sucesión en el trono. La norma indica que el cetro tendría que recaer sobre la primogénita, en este caso Curette (Dana Fredsti), pero su madre reúne las fuerzas que le quedan para decirle que es "una puta" y que no cumple con las características que se esperan de una reina, por lo que designa a la menor, Ovule (Sharon Lee Jones), como su sucesora. Instantes después la reina fallece y se desata una batalla campal entre las facciones que apoyan a cada hermana. Dentro de lo rudimentario y el bajo presupuesto, hay lugar para que el combate sea con sables de luz.


Viéndose en clara desventaja, Ovule escapa y la primera sacerdotisa (Sydney Coale) le sugiere teletransportarla a otro lugar del universo para que pueda huir sana y salva. Enviarla a un sitio tan recóndito que su hermana jamás podrá encontrarla ahí. ¿El destino? Un bar en Los Ángeles en medio de un concurso de camisetas mojadas.


Si bien la sacerdotisa había afirmado que nadie podría seguirla, Curette en compañía de sus fieles Exzema (Lauri Warren), Bulemia (Christina Peralta) y Ricketsia (Diana Karanikas), la torturan y obtienen la ubicación de la hermana menor. Por lo tanto, ellas también llegan al planeta Tierra, pero en su caso inmediatamente llaman la atención de las autoridades locales al verse involucradas en una trifulca.

30.7.16

I Bury the Living (1958)

Publicado por Marcel |

La película de la que hoy hablaremos es un pequeño clásico del cine de terror de la década del 50, dirigida por Albert Band, quien si bien no realizó muchos trabajos en el rol de director, suya es también Ghoulies II. En el rol donde fue más prolífico fue en el de productor, destacando títulos como Troll, TerrorVision y Trancers III.



El papel estelar en I Bury the Living le corresponde a Richard Boone (a quien ya tuvimos por estos lares con The Last Dinosaur), interpretando a Robert Kraft, el miembro de un comité de empresarios, quienes se rotan anualmente la dirección de un cementerio llamado Colinas Inmortales. Si bien el trabajo se promete sencillo y que solo le exigirá unas pocas horas a la semana, Kraft desde el primer momento se muestra reacio a asumir el cargo aduciendo que tiene demasiadas obligaciones con su otra empresa, pero los otros miembros le informan que es una responsabilidad ineludible y que ellos también pasaron por eso.


En el cementerio es recibido por Andy McKee (Theodore Bikel), el cuidador y encargado de realizar diversas tareas en el cementerio, quien amablemente la hace una pequeña visita guiada por las instalaciones y le presenta el mapa que tendrá Kraft en su oficina, se trata de un mapa del cementerio con cada una de sus parcelas y propietarios, señalados los que aún están vivos con alfileres blancos y los difuntos con alfileres negros.


En el primer día de trabajo recibe la visita de los recién casados Stuart (Glen Vernon) y Elizabeth Drexel (Lynette Bernay), quienes recibieron como regalo de bodas un terreno en ese camposanto. Kraft, aún bisoño en este oficio, se equivoca al momento de ubicar en el mapa a los nuevos propietarios y emplea alfileres negros en lugar de blancos. Al día siguiente se entera de la trágica muerte de la pareja en un accidente de tránsito.


Inmediatamente le atribuye a lo acontecido alguna influencia por su error y tras hacerle saber su preocupación a McKee, se le ocurre cambiar al azar en el mapa un alfiler blanco por uno negro. A la mañana siguiente recibe la noticia de que esa persona también ha fallecido y se pone en contacto con el detective de homicidios Clayborne (Robert Osterloh) para informarle de la situación.


Como era de esperarse, Clayborne no se toma en serio las afirmaciones de Kraft y se marcha del cementerio sin darle mayor importancia a lo que le parecen son los delirios de un lunático. Lo único que consigue es que su tío George (Howard Smith) se interesa por la situación y este le propone colocar un alfiler negro en el lugar correspondiente a Henry Trowbridge (Russ Bender), uno de los socios. A cambio le ofrece que si algo llegara a sucederle esa noche a Trowbridge, George personalmente abogaría por él ante el comité para que acepten su renuncia.

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